UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LAS
PROMESAS DE DIOS SON PARA NOSOTROS
Los
libros, películas y programas de televisión estimulan la imaginación cuando
presentan historias sobre la búsqueda de tesoros.
Los piratas de la antigüedad
amasaban fortunas en oro, plata y joyas; esas riquezas las ocultaban en lugares
estratégicos como verdaderos tesoros.
Pero
hay tesoros mucho más valiosos, que todo lo que se encuentra en algún cofre
escondido o en un buque de piratas naufragado. Esos tesoros se encuentran en la
Biblia. Nosotros los llamamos las promesas de DIOS ¡y su valor no se puede
medir!
Hay
una búsqueda de tesoro que siempre dará riquezas enormes a quien esté en
disposición de realizar el esfuerzo que requiere. Esa búsqueda comienza en la
Biblia, donde encontramos maravillosos tesoros de verdad y las
invaluables promesas de DIOS.
En
Occidente la mayoría de las personas tienen por lo menos una Biblia. Muchos la
tienen en un lugar especial, como parte de la decoración de su hogar, pero el
hecho de poseer una Biblia no basta
Fue,
tal vez, un regalo que recibieron el día de su boda. Si bien, pocos son los que
la leen, hay quienes son diligentes en el estudio de la Biblia. Así como Jesús
nos instó a orar: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6.11),
debemos alimentarnos de la Palabra de DIOS cada día.
Debemos
leerla y estudiarla. Esto nos ayudará a abrir los ojos ante las grandes
verdades de DIOS.
Una
de esas grandes verdades es que DIOS ha prometido darnos vida eterna. En el
libro de Mateo, un hombre joven le preguntó a Jesús: “¿Qué bien haré para tener
la vida eterna?” Jesús le respondió: “Si quieres entrar en la vida, guarda los
mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No
hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a
tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 19. 16 – 19)
¡Jesús
le dijo al joven que obedeciera los diez mandamientos! Citó cinco de los diez, y
por si alguien pensaba que estaba dando permiso para quebrantar otras leyes que
no mencionó, terminó citando del libro del Levítico: “Amarás a tu prójimo como
a ti mismo” (Levíticos 19.18)
Aquí,
Jesús mostró que los diez mandamientos son esenciales no solamente en nuestra
vida física, sino para recibir la vida eterna de DIOS. Lamentablemente, el
joven de Mateo 19 “se fue triste” (v. 22), optando por no obedecer las
palabras de Jesús. Era tanto su apego a sus “muchas posesiones”, que no le
permitía ver, que ni había obedecido plenamente los diez mandamientos, ni
obedecía a Jesucristo, quien le había dado esos mandamientos. En realidad,
estaba infringiendo el primer mandamiento, puesto que rechazó el llamamiento de
DIOS por el apego a sus posesiones.
Los
caza tesoros pueden pasar toda una vida yendo en pos de riquezas.
Jesús
dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas
os serán añadidas” (Mateo 6.33). Quienes buscan tesoros físicos, materiales,
muchas veces fracasan en su empeño. Pero si buscamos el Reino de DIOS y su
justicia, encontraremos el tesoro más grande de todos. Y además, DIOS también
promete proveer todo lo que nos haga falta.
Cuando
uno sinceramente busca la voluntad de DIOS, Él responde a las oraciones. “Pedid
y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre
hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide
un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los
Cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7.7 – 11) Las promesas de
DIOS son para nosotros. Estudiemos la Biblia diariamente, y al irnos acercando
a DIOS, expresemos nuestro agradecimiento por sus muchos e invaluables tesoros;
entre ellos, nada menos que su maravillosa verdad. Verdad que DIOS desea que
tengamos, ahora y en el tiempo venidero.
Dios
les bendiga abundantemente.
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