UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
ESCUCHA
CON DISCERNIMIENTO
La
música no es un feliz accidente descubierto cuando alguien notó podía hacer
sonido con algún objeto.
La Biblia
revela que la música es anterior a los primeros seres humanos. El libro de Job
hace referencia a los ángeles, que aquí se llaman estrellas, cantando cuando
DIOS creaba la Tierra: “mientras cantaban a coro las estrellas de la
aurora (Job 38.4 – 7). Esto indica que DIOS es el creador de la música y que
esta ha sido un elemento importante de su dominio en el Cielo.
Es
interesante que DIOS haya querido compartir la música con nosotros. ¿Por qué
quiso hacerlo? Pudo haberla guardado para sí y para las huestes angélicas, pero
no lo hizo y eso es significativo.
La
Biblia revela que Dios tiene emociones y que expresa amor (1 juan 4.10),
compasión (Salmo 103.13), deleite (Jeremías 32.41) y enojo (Ezequiel 5.13); entre
otras emociones. Creó a los seres humanos a su imagen con esta misma necesidad
de expresión emocional. (Génesis 1. 26, 27).
La
música es un regalo de DIOS que nos ayuda a comunicarnos con profunda emoción.
Nos ayuda a expresarnos de maneras que las simples palabras sencillamente no
logran. Es una comunicación desde el corazón. Por esta razón, entre
otras, tiene el poder de trascender el idioma, las fronteras geográficas y el
tiempo. Es una de las razones por las que la música compuesta en la década de
1780 por un joven llamado Mozart se sigue interpretando y apreciando
universalmente.
Precisamente
por ser la música una comunicación desde el corazón, los cristianos debemos
usar el discernimiento espiritual al elegir lo que escuchamos. Jesús dijo:
“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos,
los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias,
las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia,
la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre” (Marcos
7.21 – 23)
En
vez de discutir sobre qué tiene de bueno o de malo tal o
cual género musical, podemos utilizar principios bíblicos que se
aplican a cualquier pieza. Además de evaluar cada composición musical según las
instrucciones de DIOS, debemos analizar sinceramente qué mensaje está
transmitiendo y qué efecto nos produce como oyentes.
La
música popular es en general una combinación de melodía, armonía, ritmo y
letra. Hay que evaluar cada uno de estos componentes.
Aunque
los acordes y el compás generalmente siguen las normas de la estructura
musical, el modo de “construir” las partes y de tocarlas tiene mucho que ver
con lo que sentimos al oírla. Esta puede ser la causa de nuestra fuerte
conexión emocional con la música, y también puede tener un efecto grande sobre
nuestro comportamiento.
Los
músicos de casi todos los géneros utilizan los mismos elementos musicales para
transmitir un estado de ánimo y generar una reacción. Un principio bíblico que
nos sirve para analizar este aspecto de una pieza se encuentra en la afirmación
de Jesús: “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7.20). El contexto de esta
instrucción se refiere a la gente, pero el principio también puede aplicarse al
fruto o resultados de la música.
En
segundo lugar está la letra de la canción. Un pasaje que nos ayuda a analizar
la letra es Filipenses 4.8, donde dice que pensemos en las cosas que son
verdaderas, honestas, justas, puras, amables y de buen nombre. Esto indica que
si dejamos que la mente se conecte con algo, debe ser algo positivo y
edificante.
¿Es
esa la descripción de la letra de las canciones que escuchamos? No es
fácil
reconocer que la música que tanto nos gusta no está a la altura de lo que DIOS
pide. Cualquiera que sea la música, debemos hacernos ciertas preguntas:
¿Cómo
afecta mi estado de ánimo?
¿En
qué pienso mientras escucho esta música?
¿Me
inspira o motiva a ser más como el mundo?
¿Su
influencia me lleva hacia una conducta recta, o al pecado?
Felizmente,
hay muchísima música, y muy variada, que podemos disfrutar. Como DIOS creó la
música, esta puede ser un elemento que mejore nuestra vida.
Pero
DIOS también nos dio sus instrucciones para que sepamos qué es lo que Él
considera bueno en todos los aspectos de la vida. Aplicando estos principios,
podremos escuchar música con oídos que disciernen.
Dios
les bendiga abundantemente.
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