LECTURA
DIARIA:
Daniel
capítulo 8
Como
el capítulo 7, este capítulo precede en orden cronológico al capítulo 5; el
sueño probablemente ocurrió en 551 a.C., cuando Daniel tenía aproximadamente 70
años.
Los capítulos 7 y 8 corresponden al primer y tercer año de Belsasar y
cronológicamente van entre los capítulos 4 y 5. El capítulo 9 tuvo lugar
aproximadamente por el mismo tiempo que el capítulo 6. Nos da más detalles de
los imperios medopersa y griego, los dos imperios mundiales que siguieron
inmediatamente después de Babilonia.
Susa
fue una de las capitales del imperio babilónico en este tiempo. Localizada en
lo que ahora es Irán, fue una ciudad bien desarrollada. El primer código de
leyes conocido, el Código de Hamurabi, apareció allí. Susa fue rival de la
misma Babilonia en lo que a refinamiento cultural se refiere.
Los
dos cuernos eran los reyes de Media y Persia. El cuerno más largo representaba
el creciente dominio persa en el imperio medopersa.
El
macho cabrío representaba a Grecia, y su cuerno largo, a Alejandro Magno. Esta
es un predicción sorprendente debido a que Grecia no era considerada como
potencia mundial cuando se dio esta profecía. Alejandro Magno conquistó el
mundo con gran velocidad y estrategia militar, simbolizado por el movimiento
rápido de un macho cabrío. La ruptura de los cuernos del carnero simbolizaba a
Alejandro que habría de partir ambas partes del imperio medopersa.
Alejandro
Magno murió a los treinta años en la cima de su poder. Su reino se dividió en
cuatro partes bajo el gobierno de cuatro generales: Tolomeo I de Egipto y
Palestina; Seleuco de Babilonia y Siria; Antígono de Asia Menor; y Antípater de
Macedonia y Grecia.
El
cuerno pequeño es Antíoco Epífanes, quien salió de Siria para perseguir a los
judíos y profanar el templo entre el 171 y el 164 a.C. Este aparece como
prototipo del anticristo, así como de todos los gobernantes paganos del mundo
que activamente se oponen al pueblo de Dios.
Interpretación
clásica: La interpretación clásica identifica a este «pequeño cuerno» con el
mencionado en 7.8.
Antíoco
IV Epífanes (el cuerno pequeño) atacó a Israel (la «tierra gloriosa») en el
segundo siglo a.C. Quitó al sumo sacerdote, saqueó el templo y reemplazó la
adoración a Dios con una adoración griega. Un cumplimiento posterior de esta
profecía ocurrirá en el futuro con la llegada del anticristo.
El
«príncipe de los ejércitos» aquí se refiere a una autoridad celestial, quizás
un ángel o Dios mismo.
Las
«dos mil trescientas tardes y mañanas» se refiere al tiempo desde la
profanación del templo que perpetró Antíoco IV Epífanes hasta la restauración
de la adoración del templo bajo el gobierno de Judas Macabeo en 165 a.C.
El
«tiempo del fin» en este caso se refiere al período entero desde el final del
cautiverio hasta la Segunda Venida de Cristo. Muchas de cosas que sucederían
bajo el gobierno de Antíoco IV Epífanes se repetirían en una escala mucho mayor
antes de la Segunda Venida de Cristo. Durante esos tiempos, Dios trabaja con
Israel en una forma radicalmente diferente, con disciplina divina proveniente
de naciones gentiles. A este período a menudo se le llama «los tiempos de los
gentiles»
El
cuerno grande es Alejandro el Grande, quien gobernó Grecia desde el 336 al 323
a.C. A su muerte, su imperio fue dividido en cuatro reinos.
Este
rey altivo puede ser lo mismo Antíoco IV Epífanes que el anticristo al final de
la historia humana.
El
Príncipe de los príncipes es Dios mismo. Ningún poder humano podía derrotar al
rey que Daniel vio en su misión; pero Dios lo vencerá. Antíoco IV Epífanes
murió loco en Persia en 164 a.C. El poder y la justicia de Dios prevalecerán, y
jamás debemos darnos por vencidos ni perder esperanza, por poderosos que
parezcan los enemigos de Dios.
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