LECTURA DIARIA:
Oseas capítulo 3
El
Señor renueva el llamado de Oseas a amar a su esposa, la cual había retornado a
su vida disoluta.
Este
corto capítulo describe el cautiverio y el regreso de la nación. Israel
experimentaría un tiempo de purificación en una tierra extranjera, pero Dios lo
seguiría amando y estaría dispuesto a aceptarlo de regreso. Ordenó a Oseas que
mostrara el mismo espíritu de perdón hacia Gomer. Si bien Gomer no tenía ningún
mérito y a pesar de que Oseas tenía muchos motivos para divorciarse de ella,
Dios le dijo a Oseas que la comprara, la llevara otra vez a su casa y la amara.
Gomer
aparentemente estuvo por su cuenta durante un tiempo. Al necesitar mantenerse,
debió haberse vendido como esclava o haberse vuelto la amante de otro hombre.
En cualquier caso, Oseas tuvo que comprarla, aunque por una cantidad muy
pequeña. Gomer ya no valía mucho para nadie que no fuera Oseas, más él la amaba
igual que Dios amaba a Israel.
Durante
el exilio, Israel tendría que prescindir de todas las estructuras y recursos de
que había dependido en el pasado. La lista de instituciones y símbolos que
guiaban los pasos de Israel eran una mezcla de principios del culto y prácticas
ordenadas y prohibidas por Dios, las cuales indican cuánto se había movido el pueblo
hacia una forma de religión sincrética.
Por
ejemplo, el efod formaba parte de las vestimentas del sumo sacerdote, al cual
se adhería el Urim y el Tumín, pero los terafines eran dioses domésticos,
probablemente imágenes de los antepasados.
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