domingo, 1 de abril de 2018

Un momento... JESÚS, SU RESURRECCIÓN ES NUESTRA RESURRECCIÓN






JESÚS, SU RESURRECCIÓN ES NUESTRA RESURRECCIÓN

¿Qué habría pasado si Jesús no hubiese resucitado? Que no habría cristianos en el mundo, que el cristianismo no existiría, que hoy en toda la tierra más de dos mil millones  cristianos no estaríamos su resurrección. “Si la muerte hubiera sido superior a Jesús, todo habría concluido. Jesús hubiera sido olvidado. De su vida, su evangelio, su muerte, no habría quedado más que un amargo sabor a utopía, ingenuidad o fracaso”.

Así de importante es la resurrección de Jesús. A Jesús hemos de verle en su realidad completa, y nunca por separado. Su vida, muerte y resurrección forman una unidad indivisible. Si Jesús murió como murió fue porque vivió de la manera que vivió, y si resucitó, fue porque vivió y murió como lo hizo, vivió y murió predicando el evangelio del Reino.
Por eso DIOS le resucitó al tercer día. “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado”.
Pero Jesús no se queda en su resurrección. Nos promete a todos sus seguidores que vamos a correr su misma suerte, que también nosotros vamos a resucitar.
Nos regala la resurrección. “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque muera vivirá para siempre”.   Juan 11.25
El apóstol Pablo insiste: “Si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han muerto en Jesús, Dios los resucitará con él”.
1 de Tesalonicenses 4.14
Jesús viene a cumplir uno de los anhelos más fuertemente arraigado en el corazón del hombre,  vivir para siempre. Pero vivir siempre no de cualquier manera, sino vivir siempre de manera totalmente feliz, sin un miligramo de dolor, de sufrimiento, de tristeza.
DIOS nos ha creado con ansias de eternidad, de eternidad feliz. Pero no está en nuestras manos saciar este deseo.
La resurrección de Jesús es la victoria sobre la muerte. Estamos celebrando la resurrección de Jesús y nuestra resurrección, a una vida de total felicidad y para siempre.
Jesús ha cambiado el rumbo de la humanidad. Ha introducido en todos nosotros algo que no estaba en nuestro código genético natural.
Ha sido capaz de alargar nuestra vida más allá de la muerte, para toda la eternidad y una eternidad feliz.
Gracias a Jesús, ni la muerte, ni el hambre, ni las guerras, ni las enfermedades, ni la crisis económica, ni el paro, ni la corrupción, ni la violencia, ni las injusticias… tienen la última palabra.
Este día de resurrección puede ser también la resurrección de todo aquel que se acerque a Jesús y crea en Él y le siga.
Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna”.
Juan 6. 47
De la mano de Jesús caminamos hacia un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habrán desaparecido y el mismo DIOS enjugará las lágrimas de nuestros ojos, y la muerte no existirá más, ni habrá duelo, ni gritos, ni dolor, porque todo esto es ya pasado. 
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5 Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
Apocalipsis 21. 1 - 5

No hay comentarios:

Publicar un comentario