LECTURA
DIARIA:
Eclesiastés
11
El
Predicador advierte contra la demora en invertir, debido a la obsesión de
hacerlo en el momento ideal, cuando se espera obtener las máximas ganancias. En
lugar de ello, siembra tu semilla por la mañana, esto es, invierte mientras
eres joven.
Esperar
a que lleguen las condiciones perfectas significará inactividad. Este
razonamiento práctico se aplica en especial a la vida espiritual. Si esperamos
el tiempo y el lugar perfectos para leer la Biblia, nunca comenzaremos a leerla.
Si esperamos una iglesia perfecta, nunca nos congregaremos. Si esperamos un
ministerio perfecto, nunca serviremos.
Salomón
resumen que la vida encierra riesgos y oportunidades. Debido a que la vida no
ofrece garantías, debemos estar preparados. “Echa tu pan sobre las aguas”
significa que la vida presenta oportunidades que debemos aprovechar, y no
limitarnos a ir a lo seguro. Salomón no apoya la actitud de desesperanza. Sólo
por el hecho de que la vida sea incierta no quiere decir que no hagamos nada. Necesitamos
un espíritu de confianza y aventura. Debemos enfrentar los riesgos y
oportunidades de la vida con entusiasmo y fe dirigidos por Dios.
El
Predicador no ha hallado nada de valor permanente «debajo del sol» (en este
mundo), como la vida misma es vanidad. De manera que arriba a dos conclusiones:
En esta vida lo mejor que se puede hacer es gozar de las bendiciones de Dios; y
todo valor absoluto debe trascender esta vida, y estar afianzado en la justicia
de Dios. El saber que Dios juzgará todas las cosas, debe motivarnos a vivir
moralmente, mientras gozamos de aquello con lo que él nos ha bendecido.
Salomón
nos alienta para que nos regocijemos todos los días pero que recordemos que la
eternidad es mucho más larga que la expectativa de vida de una persona.
A
menudo escuchamos a la gente decir: “No importa”. Pero muchas de nuestras
decisiones son irreversibles: permanecerán con uno el resto de la vida. Lo que
uno hace cuando es joven sí importa.
Los
versículos 7 y 8 son una introducción al capítulo final. Agradable es la luz y
bueno el sol, pero también hay días de tinieblas. Lejos está el Predicador de
pensar que los días de tinieblas, que inexorablemente han de llegar, resten su
alegría a los días de luz. Refleja una concepción positiva, pero realista, de
la vida.
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