LECTURA
DIARIA:
Isaías
capítulo 7
Acaz
era el impío e idólatra nieto de Uzías. Rezín y Peka formaron una coalición
para hacerle la guerra a Judá en el 734 a.C. Querían que Judá se sumara a su
coalición frente a Asiria.
Una
alianza del reino del norte de Israel y Siria estaba a punto de atacar a Acaz,
rey de Judá en Jerusalén. Sin embargo, como predijo Isaías, el reino de Judá no
vio su fin en ese momento.
Por
culpa de Acaz, quien ocupaba el trono de David y no tenía fe en Jehová, los
corazones de toda la corte temieron y se extremecieron. Cuando habla de la «La
casa de David» se refiere a Judá, el reino del sur. «Efraín», la tribu
dominante en el norte, es una referencia a Israel, el reino del norte.
Sear-jasub
significa «un remanente volverá». Dios le dijo a Isaías que le diera este
nombre a su hijo como recordatorio de su plan de misericordia. Desde el
principio de su juicio, Dios planeó restaurar un remanente de su pueblo.
Sear-jasub le recordaba al pueblo la fidelidad de Dios para con ellos.
A
pesar del juicio que cayó sobre la mayoría incrédula de Judá, siempre habría un
remanente fiel que preservaría las promesas mesiánicas hechas por Dios a
Abraham.
Acaz,
uno de los peores reyes de Judá, se negó a aceptar la ayuda de Dios y en su
lugar trató de comprarla de los asirios, pagándola con el oro y la plata del
templo.
A
pesar de su incredulidad y maldad fue dada una señal profética a Acaz como una
confirmación de la esperanza de Judá en medio de la adversidad. Su uso en el NT
demuestra que también tuvo un significado mesiánico. La palabra hebrea para
virgen (almah ) significa lo mismo una «virgen» en sentido estricto que una
«mujer joven», o doncella en edad de contraer matrimonio. Los lectores de
Isaías podían haberlo comprendido en cualquiera de ambas maneras. Desde el
punto de vista mesiánico, se refiere sin duda alguna a la virgen María, donde
el término griego parthenos (virgen) no deja lugar a dudas. En sentido
mesiánico, la profecía se cumplió en Jesucristo.
El
Señor le estaba avisando al rey Acaz de la concepción y el nacimiento de una
criatura, como se registra en el cap. 8. Pero el Espíritu Santo también se
refería al Mesías que vendría, y ese niño nacería de una virgen.
Isaías
predijo la disolución de la alianza de Israel con Siria. Debido a esta alianza,
destruirían a Israel. Asiria sería el instrumento que Dios utilizaría para
hacerlo y para castigar a Judá. Pero Dios no permitiría que Asiria destruyera a
Judá. Los perdonaría debido a que la misericordia del plan de Dios no puede
frustrarse.
Aunque
Dios prometía a Judá que Asiria la ayudaría en su lucha contra la coalición,
ésta también actuaría como un instrumento del juicio divino contra el reino del
sur.
Israel
cayó porque contrató a Asiria para que los salvara.
Acaz
esperaba recibir una ayuda total; en lugar de ello, Judá no sería ya una
próspera «tierra que fluye leche y miel»
No hay comentarios:
Publicar un comentario