APRENDE
A VIVIR LA VIDA
La
Biblia habla de un rico insensato que tenía un concepto inadecuado sobre la
vida y el tiempo. Jesús conto a sus discípulos una parábola sobre este rico:
Las tierras de un hombre rico habían producido mucho. Y él razonaba dentro de
sí, diciendo: “¿Qué haré?
Porque ya no tengo dónde juntar mis productos.”
Entonces dijo: “¡Esto haré! Derribaré mis graneros y edificaré otros más
grandes. Allí juntaré todo mi grano y mis bienes, y diré a mi alma: Alma,
muchos bienes tienes almacenados para muchos años. Descansa, come, bebe,
alégrate.” Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta noche vienen a pedir tu alma; y lo
que has provisto, ¿para quién será?”. (Lucas 12. 16 – 20)
El
rey Salomón en Eclesiastés llego a la conclusión que en esta vida, todo era
vanidad de vanidades. Probo en todo y con todo para ser feliz, pero nada de
esto lo hizo feliz, al contrario, siempre se encontró en un inmenso vacío y
todo por buscarlo inadecuadamente. Jesús llamo la atención a sus discípulos
porque cada día vivían afanados por la comida, la bebida, y el vestido en vez
de aprender a confiar en DIOS.
El
apóstol Pablo da una contundente enseñanza sobre cómo vivir la vida. Él dice
por un lado, que teniendo sustento y abrigo está contento con esto porque sabe que la vida no consiste en riqueza, en
comida, ni en fama, sino en vivir cada día para honrar a DIOS. Esto lo confirma
donde dice: “Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”. (Filipense
1.21)
En
nuestro tiempo, muchas personas viven la vida como que si les perteneciera,
como si este mundo nunca terminará, y como que su vida nunca se acabará.
Viven
sin preocupaciones, haciendo y deshaciendo todo con su vida, sin rendir cuenta
a nadie. Despilfarran el tiempo y la energía, componentes de la vida. Unos por
un lado son fatalistas y pesimistas, viven la vida cada día al máximo, en toda
la dimensión porque saben que el mañana no les perteneces. Por el otro lado,
hay personas positivas y optimistas que viven la vida tranquilamente bajo la
perspectiva de que la vida es larga, tienen mucho tiempo para disfrutar, así
que la toman sin hacerse problema, viviéndola paso a paso.
Ambas
percepciones de la vida no consideran para nada a DIOS quien es el dueño de la
vida, quien decide hasta cuando durara la vida.
Proverbio
27.1 nos presenta una de estas perspectivas, que por un momento, casi todos
hemos caído al considerarnos dueños de la vida, y al vivir la vida sin tomar en
cuenta a DIOS.
Dice
el versículo 1 “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí
el día”. Sentirnos dueños de la vida, y que controlamos el tiempo es una de las
cosas que hemos hecho todos los seres humanos.
Por
ejemplo, sin pedir permiso a DIOS decimos frase como “mañana te hablare” “el
Lunes te visitare” “El próximo años llegare para predicar o para pasear” “Con
el trabajo del próximo mes pagare la deuda de la tarjeta”, “En 3 años termino
mi maestría”, etc.
Nosotros
no somos dueños de nada, todo lo que somos y tenemos pertenece a DIOS (Salmo
24.1), porque Él es quien nos dio la vida, sostiene la vida, y determina hasta
donde llega nuestra vida. Por tanto la vida, que es el regalo más valioso que
tenemos en este mundo, que es lo que identifica nuestro ser, que es lo que
determina nuestra existencia, debemos saberla vivir. Somos incapaces de hacer
nada en cuanto a la duración de la vida, ¿Quién de vosotros podrá, con
afanarse, añadir un codo a su estatura?
Así
que aprendamos a vivir la vida bien. Dice Pablo en Efesios 5.15-16
“Aprovechando bien el tiempo porque los días son malos”. “Sobre toda cosa
guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida”. Siendo fieles
administradores de la vida, del tiempo, del trabajo, del dinero, de la familia,
de los talentos, de las habilidades, de las oportunidades, de los dones, y del
ministerio (1 de Corintios 4.1 - 2).
Vivamos
cada día dando gracias a DIOS por la vida, tomando toda decisión con la
aprobación de DIOS, consultándole todo a él, haciendo todo en el nombre de DIOS,
haciendo todas las cosas para agradar a DIOS, preocupándonos por hacer lo que
DIOS nos ha mandado hacer.
Aprovecha
el tiempo y la vida para dar a conocer a DIOS, para obedecer la Palabra de DIOS,
para hacer todas las cosas con la guía del Espíritu Santo, haciendo cada cosa
impulsado por el amor de DIOS y comprometidos con la misión que Jesús comenzó.
Cuando
se vive bien la vida honrando a DIOS en todo, no tememos lo que pueda pasar
mañana, porque estamos en sus manos y él siempre se preocupa por nuestro bien.
Todo lo que venga para nosotros sus hijos, si es que obedecemos y le amamos, será
lo mejor.
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