SEGÚN
LO QUE TIENES ASÍ ES COMO TE SIENTES
En
Mateo 6. 19 - 34, Jesús al parecer enseña sobre cuatro temas pero con un solo
objetivo. De fondo hay solo una cosa que está tratando de enfatizar al
hablarles del tesoro en el cielo, la lámpara de tu cuerpo, DIOS y las riquezas;
el afán y la ansiedad. Aquí, Jesús enseña acerca de la clase de fe que tenemos
en DIOS, la que puede considerarse como contentamiento, que no debe ser, según
lo que tenemos y así es como nos sentimos.
Son
cuatro temas que tienen que ver con la vida diaria de cada ser humano que
podrían ser desarrollados cada uno por separado. Son temas que tienen que ver
con la vista, el corazón, el estómago y mucho más del ser humano. En fin,
tienen que ver con la búsqueda incansable del hombre de sentirse bien y el
tener estas cosas parece que determina su estado de ánimo.
Las
cosas de este mundo, bienes materiales, riquezas, y grandes tesoros están muy
ligadas con el estado de ánimo, lo cual no es contentamiento, sino afán. El
afán no es más que falta de fe, dependencia y confianza en DIOS.
Cuando
una personas busca sentirse bien por medio de las cosas materiales que tiene,
las cosas abundantes que le rodean, todo aquello que obtiene con su “esfuerzo”
es egoísta, falta de fe, y jamás podrá sentirse satisfecho y mucho menos feliz.
Todo el tiempo estará preocupado por los impuestos a pagar, el auto a reparar,
la tarjeta a pagar, la comida a comprar, las deudas pendientes, lo que les hace
falta y no dará gracias a DIOS por la vida que le da, por el sol, el agua, la
luz, la familia, el aire, etc.
Contentamiento
es sentirse tranquilo, satisfecho, contento con lo que es, con lo que le pasa y
con lo que tiene. Es más, quien cree en DIOS y Su Palabra no depende de su
estado de ánimo de las cosas que posee, del dinero que tiene, de los tesoros
que almacena, sino de su relación estrecha con DIOS.
Cuando
vivimos según lo que somos y tenemos y no según la fe que DIOS nos ha dado,
todos los días vivimos preocupados por nuestras riquezas, por cuando más puede
ganar, la riqueza misma será nuestro dios.
Cuando
nuestra vida se mueve en función de lo material y no lo espiritual, todos los
días nos ahogamos en la insatisfacción, en la inconformidad, en la ambición, y
en la preocupación por lo que tenemos, como lo guardamos, cuánto ganamos, y
cuanto tenemos, y nunca estamos satisfechos. Este es un factor común de la
sociedad consumista, con crisis financiera, y con el síndrome posmodernista por
la tecnología. Nunca se llega el hasta aquí, siempre se desea más, y lo mejor.
El
modernismo nos está comiendo, nos gana roba el sueño, por adelantado nos quita
lo que ganamos, porque el fenómeno de la comparación o la competencia es el
mejor mercado. Nunca estamos satisfecho con lo alcanzado, con la ganado, con lo
que somos, con lo que tenemos, siempre queremos más.
Por
esa razón Jesús invita a sus discípulos a confiar en él, a hacer tesoros en el
cielo, a mirar a DIOS en primer lugar, a buscar las cosas de arriba, y hacer
esto es tener fe, vivir por fe, practicar la fe, creerle a DIOS y su Palabra.
La
misma invitación o mejor dicho exhortación de Jesús es para nosotros hoy, a
tener una vida de contentamiento, el secreto de vivir satisfechos.
Dime
cuanto tienes y te diré como te sientes. Cuando tenemos mucho, lo esperado es
que nos sintamos tranquilos, satisfechos, pero no es así, nunca es suficiente
lo que tenemos, y eso es falta de contentamiento.
Aprendamos
a depender más de DIOS y no de las cosas o de nuestra fuerza o de nuestro
trabajo. Démosle a DIOS el primer lugar en todo, y de lo demás, DIOS se
encargara que llegue.
Aprendamos
a ser buenos mayordomos, regidos por un orden de prioridad en todo y para todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario