CUIDADO
LA NECEDAD ADORMECE
Hay
personas que cuando hablan cambian el rumbo del ambiente en que se están.
Puede
ser un gran exponente de la Palabra que con su atractiva retórica logra
impresionar y captar la atención de los oyentes sin dejarlos hasta terminar su
discurso o ponencia. Y al final decimos,
no sentí el tiempo, es que estaba tan bonito lo que decía el predicador que el
tiempo se fue volando.
Que
bueno ese tipo de personas que con su exposición no solo captura la atención
del oyente sino que deja una serie de enseñanzas fáciles de aplicar porque ha
llegado al corazón. Además, el ambiente que se disfruta en los momentos
de la exposición es tan agradable que todos lo gozan y no quisieran que esto
terminara.
Sin
embargo, hay personas que sin medir las consecuencias, sin tomar en cuenta los
sentimientos, y sin siquiera pensar en los demás emiten palabras que también
logran captar la atención de los oyentes.
Solo que las palabras contienen un sentido de
necedad, no tienen sabiduría, encantan a las personas.
En
Eclesiastés capítulo 10 versículo 11 dice, “si pateas a la serpiente antes de
ser encantada, quien sale perdiendo es el encantador”.
Esto
es un arte, la de los encantadores de serpientes, hay personas así.
También hay personas que logran adormecer a las personas con palabras,
sonidos, y ciertos ademanes.
Hay
políticos que logran encantar (manipular) o adormecer a muchas personas con tal
de que le sigan, quienes son incapaces de ver lo malo que hacen los políticos
encantadores.
En
el mismo capítulo de Eclesiastés nos dice: “Las palabras de la boca del sabio son
llenas de gracia, más los labios del necio causan su propia ruina. El
principio de las palabras de su boca es necedad; y el fin de su charla, nocivo
desvarío. El
necio multiplica palabras, aunque no sabe nadie lo que ha de ser; ¿y quién le
hará saber lo que después de él será?”
Eclesiastés 10. 12 - 14
El
versículo 12 dice que las palabras de la boca del sabio están llenas de
gracia, más las del necio causan su propia ruina. El versículo 13 describe la
ruina que obtiene el necio por sus palabras no sabías, es un nocivo desvarío.
El versaículo14 dice que el necio multiplica las palabras aunque no sabe nadie
lo que ha de ser.
En
el versículo16 el predicador hace un contraste entre el sabio y el necio: “¡Ay de ti, tierra, cuando tu rey es muchacho, y
tus príncipes banquetean de mañana!”, entre la necedad y la
sabiduría, entre el poder hipnotizador del necio que con palabras no bien
pensadas son emitidas y logran cambiar el rumbo del sentir de los oyentes, ya
que crea reacciones, pensamientos y sentimientos diferentes en las
personas.
En
fin, quien es necio, habla con mucha necedad, es legalista, soberbio, y muy
poco humilde. Habla, muchas veces solo por hablar, y aunque sabe la
verdad, aunque sabe lo que es correcto, y aunque está seguro que todo está
bien, él insiste en llevar la contraria.
Todos
los que hemos creído en Cristo tenemos la sabiduría de DIOS, y es de esperar
que siempre que hablamos, lo hacemos para agradar a DIOS, edificar a los demás,
y contribuir para que el evangelio sea predicado hasta lo último de la
tierra.
El
principio es este, antes de hablar reflexionemos en lo que vamos a decir, en el
momento de decirlo hagámoslo con sabiduría y amor, y después de decirlo, si
consideramos que dijimos algo que no ayudó porque lo dijimos en la carne, seamos
humilde, y pidamos disculpas. Eso dice la Biblia que solo hablemos para
edificar, que agrade a DIOS, y con mucha sabiduría.
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