ACEPTA
TU RESPONSABILIDAD
Es
muy interesante reconocer que desde el principio, la primera pareja de seres
humanos, Adán y Eva, ya tenían esta costumbre, la de no reconocer su
culpabilidad. Bueno, esta mala práctica recién había comenzado en ellos, en el
momento de desobedecer, la naturaleza pecaminosa inicio en ellos, la cual nos
ha sido imputada.
DIOS
dijo a Adán, quien te dio de comer del fruto del árbol del bien y del mal que
Dios les había prohibido comer. Adán respondió, “La mujer que me distes por
compañera medio del árbol, y yo comí”. Culpa a Eva quien le dio del árbol, y
culpa a DIOS por haberle dado esta compañera por mujer. Luego DIOS pregunta a
Eva, ¿Qué es lo que has hecho? Ella responsabilizó del pecado a la serpiente,
ella me engaño.
Con
seguridad podemos encontrar otros ejemplos a lo largo de la literatura bíblica.
Es más, en algún momento de nuestra vida hemos escuchado esto en otros, o en
nosotros mismos, de no aceptar responsabilidad cuando algo sale mal. En los
niños es algo común, y sin darse cuanta se justifican.
Esta
costumbre es parte de la naturaleza pecaminosa imputada por Adán y Eva.
Sin
embargo, la responsabilidad de nuestras acciones, no es culpa de ellos, sino de
quien las hace. Es verdad que Adán y Eva nos trasmitieron esa naturaleza
pecaminosa, sin embargo, cada cosa que hacemos que va en contra del carácter
santo de DIOS, es responsabilidad nuestra y no de Adán y Eva. No podemos culpar
o responsabilizarlos por nuestros errores, pues cada persona es responsable de
sus hechos. De igual manera, cuando hacemos algo que no agrada a DIOS, que va
en contra de la moral, no podemos culpar a nuestros padres biológicos, ni mucho
menos a otra persona, ni a satanás, sino que debemos tener el carácter y la
decencia de aceptar nuestra responsabilidad y por ende las consecuencias que
esto trae.
DIOS
hizo al hombre perfecto, Adán y Eva fueron creados perfectos, sin pecado, pero
ellos de su propia voluntad decidieron desobedecer a DIOS comenzando allí la
naturaleza pecaminosa. Desde entonces, todos nacemos con esa naturaleza, es el
hombre quien la trasmite, todas las mujeres la tienen, pero es el hombre al
engendrar transmite esa tendencia a hacer el mal. Es por ello que Jesús al
nacer nace sin esa naturaleza, porque el Espíritu lo engendró.
La
razón por la que todos debemos tener el carácter de hacernos responsables de
nuestros hechos, y no culpar a nuestros padres Adán y Eva o a otra persona, es
porque D nos creó con personalidad que incluye la capacidad para pensar, sentir
y decidir. Nosotros tenemos la inteligencia para analizar cada acción a tomar,
nos da los sentimientos para percibir que cosas nos son agradables a DIOS, y la
capacidad de tomar las mejores decisiones. Es por eso, que cada vez que hacemos
algo en contra de DIOS, somos responsables porque nosotros decidimos hacerlo, y
por consiguientes somos responsables del hecho y de las consecuencias.
Dice
Eclesiastés 7.27 – 29: “pesando las cosas una por una para hallar la razón; lo
que aun busca mi alma y no la encuentra. He aquí, solamente esto he hallado;
que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones”. Y en
el 7:20 “Ciertamente no hay un hombre justo en la tierra, que haga el bien y
nunca peque”. Esto va de la mano con Romanos 3.9 - 10. En Ezequiel 18.20
confirma que cada uno es responsable por su pecado, ni el padre ni la madre
podrá hacerse responsable del pecado de sus hijos, ni los hijos por los de sus
padres, cada uno dará cuente por sus pecados.
Así
que, nunca es tarde para reconocer nuestros errores, y aceptar con carácter
nuestra responsabilidad. La misericordia y la gracia de DIOS es mayor que
nuestra desobediencia, pecado. Solo que después del perdón, debemos apartarnos
del pecado.
Si
algo está pasando en nuestra vida, reconozcámoslo delante de DIOS, y
disfrutaremos la paz del perdón, y podremos levantar la frente con libertad, y
por las noches dormiremos tranquilo.
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