LECTURA
DIARIA:
Eclesiastés
12
El
segundo resumen de las conclusiones se presenta en forma de una alegoría sobre
la vida y la muerte, destinada a mostrar cuán pasajera es la vida y por qué
debemos acordarnos de Dios mientras somos jóvenes.
Una
vida sin Dios produce una persona vieja amargada, solitaria y sin esperanza.
Una vida centrada en Dios es plena, hace que los «años malos» -cuando las
incapacidades, las enfermedades y los impedimentos pueden ser barreras que nos
impiden disfrutar de la vida- nos satisfagan debido a la esperanza de la vida
eterna. Ser joven es emocionante. Pero la emoción de la juventud puede
convertirse en un obstáculo para acercarse a Dios si hace que la gente joven
centre su atención en los placeres pasajeros en lugar de en los valores
eternos.
La
oscuridad evoca las nubes que ensombrecen la visión, especialmente en la vejez.
Las nubes probablemente constituyan una referencia a los sentimientos
depresivos que asaltan a la gente de edad avanzada.
La
muerte se representa aquí como la ruptura de una cadena de plata, la rotura de
un cuenco de oro, o el quebrar un cántaro junto al pozo.
La
cadena de plata, el cuenco de oro, el cántaro y la rueda simbolizan la
fragilidad de la vida. Con cuánta facilidad nos llega la muerte, con cuánta
rapidez y sin esperarlo podemos regresar al polvo del que salimos. Por lo
tanto, deberíamos tener la vida como un recurso que hay que usar sabiamente y
no despilfarrarla frívolamente.
Estos
versículos, al igual que 1.1, 2, están escritos en tercera persona, y dan a
conocer la obra de un discípulo que dio su forma definitiva a la obra del
Predicador. El discípulo desea que el lector comprenda la importancia que tiene
la obra del maestro, tras la cual añade un resumen de sus propias palabras, probablemente
citando las utilizadas por su maestro en versículos 12-14, y así asegurarse que
el lector ha comprendido el mensaje.
Existen
opiniones interminables acerca de la vida y filosofías acerca de la forma en la
que debemos vivir, que pueden ser leídas y estudiadas por siempre. No es malo
estudiarlas, pero deberíamos pasar la mayor parte del tiempo alimentándonos de
la verdad de la Palabra de Dios. La sabiduría debe llevar a la acción. Los
estudiantes sabios de la Biblia comprenderán y harán lo que se les ha enseñado.
Debido a que nuestro tiempo en la tierra es muy corto, debemos usarlo para
aprender verdades importantes, las que afectan esta vida y la eternidad.
En
su conclusión, Salomón presenta sus antídotos para las dos enfermedades
presentadas en este libro. Quienes carezcan de propósito y dirección en la vida
deben respetar a Dios y seguir sus principios para la vida. Los que piensan que
la vida es injusta deben recordar que Dios analizará la vida de cada persona
para determinar cómo le ha respondido a Él y traerá a juicio todo hecho.
El
libro de Eclesiastés no puede interpretarse correctamente sin leer estos
versículos finales. No importan cuáles sean los misterios y las aparentes
contradicciones de la vida, debemos trabajar hacia el único propósito de
conocer a Dios.
En
Eclesiastés, Salomón nos muestra que debemos disfrutar de la vida, pero que
esto no nos exime de obedecer los mandamientos de Dios. Debemos buscar el
propósito y el significado de la vida, pero no se pueden encontrar en los
logros humanos. Debemos reconocer la maldad, necedad e injusticia en la vida, y
aun así mantener una actitud positiva y una fe sólida en Dios.
Todas
las personas tendrán que comparecer delante de Dios y ser juzgadas por lo que
hicieron en esta vida. No podremos utilizar las incongruencias de la vida como
excusas de no haber vivido adecuadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario