domingo, 22 de abril de 2018

Un momento... LO QUE HOY PASA PERO NO DEBERÍA SER ASÍ




LO QUE HOY PASA PERO NO DEBERÍA SER ASÍ

Desde hace mucho tiempo han existido ciertos movimientos teológicos y filosóficos en cuanto a identificar lo que es absoluto o relativo, más cuando se refiere a la verdad o a lo que es bueno lo que es malo.
Hay que reconocer que la verdad que para algunos es absoluta y que lo que es bueno para algunos, para otros la verdad es relativa y lo bueno puede ser malo. Con todo esto, hay verdades que son absolutas en todas partes del mundo. Por ejemplo, que el sol es caliente, que hay más agua que tierra en el planeta tierra.

Sin embargo, la existencia de DIOS para unos es una verdad incuestionable, pero para otros es relativa.
Aquí es donde entra la palabra de DIOS escrita por el profeta Isaías que revela una triste realidad que no solo en ese tiempo se daba, sino que hoy también pasa, pero no debe ser así.
Dice Isaías 5:20 “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a los bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”.
La sociedad en que vivimos se le ha cruzado la dirección de los sentidos, el sentido del gusto, olfato y de la vida no les está funcionando adecuadamente, como pasaba en el tiempo de Elías. Los sentidos no están respondiendo a lo que realmente de acuerdo a la verdad de las cosas, y todo porque desde el corazón y la mente está el gran descontrol, no hay temor a DIOS.
Por ejemplo, esto que le pasaba al pueblo de Israel y que está pasando en un gran porcentaje de la sociedad actual y aún en un buen porcentaje de los mismos cristianos. Si uno ve (vista) una frutilla, y la toca (tacto) de inmediato dirá que es una frutilla aunque no la haya comido (gusto), pues muy poco olor tiene para identificarla como frutilla, pero es suficiente la información para afirmar que eso es una frutilla. Pero qué  pasaría si los sentidos se cruzan y responden diferente, los ojos ven la frutilla, y al tocarla, la boca dice que es una naranja o un durazno o una manzana.
Hay diferencia de tamaño, color, olor, pero la boca dice, esa no es frutilla, esa es una manzana. De igual manera, muchos han cambiado, y a lo bueno le llaman malo y a lo malo le dicen bueno.
La Biblia dice que el divorcio no es permitido, que el doble matrimonio no es permitido mientras estén en vida los cónyuges, pero muchos, aun pastores e iglesias dicen que esto no es malo. Muchos dicen que el aborto no es malo, es derecho de los humanos, cuando la Biblia dice, no matarás. Muchos dicen mentiras que parecen verdad, pero no les preocupa porque dicen que era una mentira necesaria, cuando la Biblia dice no mentirás.
Hay personas que roban y dicen que lo hacen por necesidad, por lo tanto no es malo, pero la Biblia dice, no robarás.
Esto parece interminable, y es solo unos ejemplos de cómo nosotros los seres humanos del siglo XXI no somos tan diferentes al razonamiento filosófico de los teólogos liberales del siglo XIX ni del pueblo rebelde de Israel.
Que los no cristianos no sepan diferenciar entre lo que es bueno y lo que es malo, es aceptable. Sin embargo, lo triste de todo es que tal influencia liberal de ver las cosas tan a la ligera, de ver la injusticia con frialdad, de ver el pecado como algo normal, se ha infiltrado en las iglesias como un tsunami que no respeta valores, principios, identidad, credos, y credenciales de fe. Un gran porcentaje de los cristianos de este tiempo no saben defender la verdad porque no están seguros de que lo que creen es la verdad. Viven el evangelio, la fe cristiana, asisten a los templos, cantan alabanzas, hablan con otras personas, se levantan por las mañanas, se van a sus camas, se sientan a la mesa de los alimentos sin mucha convicción, hay una falta de entrega a vivir y defender la verdad absoluta de la Palabra que cualquiera dudaría de nuestra fe con tan solo vernos.
Tengamos cuidado, todo lo que dice la Biblia es verdad y no puede relativizarse. En la Biblia hay mandamientos, que desobedecerlos es pecado, y hay prohibiciones que el no cumplirlas significa pecar contra DIOS. Lo malo es todo aquello que va en contra del carácter de DIOS, es todo lo pecaminosos, y lo bueno es todo aquello que está de acuerdo al carácter de DIOS y que glorifica a DIOS.
Aunque veamos que los demás lo hacen así, nosotros que somos hijos de DIOS no lo debemos hacer, aunque nos digan que no es malo, debemos ser diferentes, debemos honrar a DIOS en todo.


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