TENGAMOS
CUIDADO CON LAS PEQUEÑAS COSAS
Cuando
se piensa en las diferentes cosas de la vida, generalmente ponemos
atención a las cosas grandes y no mucho en los detalles o cosas ínfimas. Sin
embargo, es necesario poner atención a las cosas pequeñas, pues estas tienen poder
para determinar o afectar nuestras decisiones.
Salomón en el libro de Eclesiastés nos dice: “Las
moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una
pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable”. Eclesiastés 10. 1
Por
ejemplo, el olor de una mosca muerta tiene el poder de opacar el perfume del
ungüento del perfumista. Tal como un poco de levadura es capaz de
leudar toda la masa del panadero.
Así
como una pequeña mosca arruina un perfume, una pequeña locura, un pequeño
detalle pasado por alto puede causar mucho daño en la vida de un hijo de DIOS.
Y
porque decimos que las cosas pequeñas destruyen a un cristiano, si posiblemente
esas cosas también están en la vida de un inconverso, y es porque la vida de un
inconverso no es de olor grato para DIOS y la nuestra sí. Para DIOS somos olor
fragante.
La
Palabra de DIOS nos muestra que las cosas pequeñas, los pequeños detalles
detalles, pueden causar mucho daño (1 de Corintios 5.6).
Muchas
veces solo culpamos a satanás por lo mal que está nuestra vida, pero los
culpables de nuestros fracasos, dolores, muchas veces somos nosotros mismos.
Así
es la realidad. Podemos estar en una reunión de armonía, gozo, acuerdos,
proyecciones, pero con solo una pregunta fuera de tono porque está acompañada
de necedad, malicia, amargura, hace que todo el ambiente de la misma reunión
cambien y termine con mal sabor.
Esta
es la labor del necio, al necio no le gana nadie pues ni a sus pensamientos y
presentimientos pone oído. Su necedad es comparada con el efecto que
causa el mal olor de una mosca muerta (v.1) que puede opacar la fragancia del
perfumista. Usted conoce el poder de los zorrillos, son animales
tan pequeños pero cuando deciden deparar su orín, ese mal olor se dispersa,
penetra y dura mucho tiempo.
De igual
manera, un error, una mala decisión, una palabra mal dicha, una falla
injustificada, una acción fuera de tono, pueden llegar a afectar aun al más
sabio y honorable. Por ejemplo, un sí o un no son dos de las palabras más
pequeñas del vocabulario humano, pero pueden determinar una guerra, una
desgracia, o una victoria o una bendición.
Sin
embargo, los pequeños detalles, las pequeñas cosas como ayudan. Por
ejemplo, una palabra, una llamada, una tarjeta, un saludo, un abrazo, un te
quiero, una palmadita, una sonrisa, una felicitación, significan
mucho.
No
dejemos de hacer las cosas pequeñas que engalanan la vida, porque detalles
bellos está formada la hermosura de la vida.
Estemos
atentos a los suaves toques de atención del Espíritu Santo, no dejemos pasar
las pequeñas cosas que puedan, no solo dañar nuestra vida, sino dañar nuestra
comunión con el Señor.
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