LECTURA
DIARIA:
Isaías
capítulo 15
Moab
estaba localizada al este del Mar Muerto. Los moabitas eran descendientes de
Lot surgidos de su relación incestuosa con su hija mayor. Moab siempre fue
enemiga de Israel. La oprimió e invadió su tierra, peleó en contra de Saúl y en
contra de David. Moab recibiría el castigo por el trato duro que dio a Israel.
El
oráculo presenta una notable lista de ciudades moabitas al este del Mar Muerto,
habitadas durante los 1.000 años de historia de Moab.
La
misericordia de Dios, en oposición a su recto juicio, le hace lamentar el
castigo de la pecaminosa Moab.
En
cuanto a la fecha de esta profecía hay dos hipótesis:
(1)
Habría sido pronunciada en los días de la guerra de Rezín rey de Siria y Pécaj
rey de Israel contra Judá, en el mismo tiempo cuando Isaías profetizó también
la ruina de Damasco.
(2)
Otros presuponen que la profecía habría sido pronunciada en el año 711, en los
días de Ezequías, cuando se aliaron contra Asiria los pueblos de Moab, Amón,
Edom, los filisteos y Judá, bajo la influencia de Egipto. Entonces vino el
Tartán a Asdod, enviado por Sargón rey de Asiria.
En
aquella ocasión Isaías también profetizó del destino que tocaría a Egipto, y en
señal de duelo comenzó a andar desnudo y descalzo tres años, como un cautivo de
los asirios.
A
diferencia de otras profecías de Isaías contra los países limítrofes de Judá,
esta profecía acerca de Moab expresa compasión por su destino: “Mi corazón da
gritos por Moab“. En 16.11 dice: “Mis entrañas gimen como un arpa por Moab”…
El
profeta vislumbra que los moabitas, a pesar de su larga historia de arrogancia
y de hostilidad contra Judá e Israel, acudirían a buscar refugio en Judá,
enviando allá como en el pasado un tributo de sumisión. La profecía presenta a
los moabitas solicitando desesperadamente a los gobernantes en Jerusalén:
“Esconde a los desterrados; no entregues a los que andan errantes… Sé para
ellos refugio, a causa del destructor“.
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