LECTURA DIARIA:
Isaías capítulo 12
El capítulo es un himno de
alabanza compuesto para celebrar la esperanza del glorioso reino del santo de
Israel. La mención de aquel día, y el hecho de que haya cesado la indignación
de Jehová, lo convierten en un himno mesiánico. Va por ello más allá del Israel
posterior al exilio y anticipa la plenitud de la salvación mesiánica.
Connota la energía y la
vitalidad con que se alaba a Dios.
Ah, Yah, es la forma abreviada
del nombre santo de Jehová. Esta forma del nombre del Señor aparece 50 veces en
el Antiguo Testamento.
Las fuentes de salvación es una
referencia al disfrute de las bendiciones derramadas por Dios a través del
Ungido de la casa de David.
Aclamad su nombre significa
aquí «eleva tus manos» para adorar al Señor.
El capítulo 12 constituye un
salmo, y viene a manera de epílogo de la primera parte del libro de Isaías.
El salmo se divide en dos
partes exactamente iguales. La primera mitad se caracteriza por estar en
primera persona singular: ¡Te doy gracias…! ¡He aquí, Dios es mi salvación…!
Jehová es mi fortaleza y mi canción.
Sacar agua de los manantiales
de salvación significa llanamente aprovechar, echar mano, de algo que está
allí, a nuestra disposición, continua y fielmente como un manantial. Esto es lo
que Isaías le pidió y le rogó a Acaz que hiciera, y no hizo. Esto es lo que
Ezequías, en el último minuto hizo, y la salvación de Jehová probó ser fiel y
real.
La segunda parte de este salmo
está en segunda persona plural: diréis, dad gracias, etc. Sólo en el versículo
6 vuelve al singular porque personifica a los habitantes de Israel en una
mujer.
El poema de Isaías 12 es
impresionante, magistralmente realizado y de gran contenido espiritual.
Esta liberación espiritual es
la dádiva más grande que el ser humano puede obtener. ¡Yes gratis! Todo lo que
uno tiene que hacer es entregarse espiritualmente a Cristo y creer en él.
Cristo es el que verdaderamente nos libera de toda cadena que pueda tenernos
preso.
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