lunes, 28 de octubre de 2019

Tiempo... Génesis 1. 1



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“En el principio creó Dios, los cielos y la tierra”
Génesis 1.1


La Biblia comienza con esta importante declaración. Es un relato de lo que sucedió. No es un intento de probar o convencer al lector en cuanto a la veracidad de los hechos,  sino que describe lo que ocurrió. Dios creó en el principio todas las cosas que existen.
Todo tuvo un inicio. El universo no ha existido siempre sino que Dios dio existencia a todo en un momento específico. Hablar sobre algo antes del principio se vuelve una contradicción, porque el versículo está describiendo el momento en el cual Dios dio inicio a la Historia.
El tiempo y el espacio no tenían existencia hasta que Dios decidió crear y es imposible imaginar algo antes de la creación, porque el tiempo y el espacio tienen sentido solo con respecto a un universo físico, el cual no existía.  Pero Dios es eterno y trasciende al mundo físico que Él creó.
Dios quiso crear y como Creador tiene el derecho de disponer sobre todo lo que ha creado.
La sociedad moderna se esfuerza por establecer y defender los derechos que se supone, deben tener las criaturas, los derechos de la mujer, del niño, los derechos del minusválido, los derechos del trabajador, los derechos de los animales, etc. Sin embargo,  deberíamos ser conscientes que lo primero y más importante debería ser el reconocimiento de que Dios como Creador tiene todo el derecho sobre todo lo que le pertenece, todo lo que Él hizo le pertenece, como lo afirma el Salmo 24.1 “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.”
Dios tiene derecho de pedir cuentas a sus criaturas, específicamente a aquellas que creó con una capacidad de raciocinio y decisiones morales, los seres humanos.
Esta es una de las razones escondidas detrás del ateísmo: Si no hay Dios, no hay que rendir cuentas. Pero la Biblia establece claramente que el Dios que es Creador de todo, también es Juez y ha determinado un día para que seres humanos y ángeles se presenten ante su presencia.
Los cielos y la tierra son un testimonio visible, palpable de la grandeza del creador y esto es algo en lo que reflexiona el salmista David: “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19.1).
Debemos tomar tiempo para contemplar la belleza de todo lo que Dios ha hecho y luego meditar en el hecho de que aún más grandioso que todo el precioso Universo en el cual vivimos debe ser el Creador de este universo.
¡Y todavía más maravilloso es el hecho de que el Dios todopoderoso y Soberano  haya sido concedido a los hombres,  las criaturas que Él formó y que pronto se rebelaron contra su Creador, la oportunidad de volver a tener comunicación con Él!
Nosotros, los que por causa del pecado estábamos en enemistad con Dios, ahora podemos, por la mediación de Cristo, llegar al Padre. (Juan 14.6).
Dios les bendiga abundantemente.

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