martes, 22 de octubre de 2019

Leyendo... Apocalipsis capítulo 17



LECTURA DIARIA:
Apocalipsis capítulo 17

La destrucción de Babilonia mencionada en el capítulo 16 se describe ahora con más detalles.

La "gran ramera", llamada Babilonia, representa al Imperio Romano en sus inicios con sus diversos dioses y sus manos manchadas con la sangre de los mártires cristianos.
El agua representa el comercio marítimo o una ciudad con un buen suministro de agua.
La gran ramera representa la seducción del sistema de gobierno al emplear medios inmorales a fin de obtener placer, prosperidad y ventaja. En contraste con la ramera, la esposa de Cristo, la Iglesia, es pura y obediente.
Se presenta a la ciudad pecadora de Babilonia en contraste con la ciudad celestial de Jerusalén.
Los lectores originales identificaban con facilidad a Babilonia con Roma, pero ella también simboliza cualquier sistema enemigo de Dios.
La bestia escarlata puede ser el dragón del capítulo 12 o la bestia que sale del mar descripta en el capítulo 13.
A lo largo de la historia muchos han muerto por causa de su fe. En el último siglo, millones han sido asesinados por gobiernos opresores y muchos de ellos eran creyentes. La ebriedad de la mujer muestra su placer en sus logros malignos y su falso sentimiento de triunfo sobre la Iglesia. Pero cada mártir que cae bajo su espada solo fortalece la Iglesia.
Dijimos que en el capítulo 12 encontramos al dragón (satanás). En el 13 vimos a la bestia que salió del mar y el poder que recibió de satanás. En los capítulos 14 al 16 vemos el gran juicio de Dios. En este capítulo, la bestia escarlata similar a la bestia y al dragón aparece como un aliado de la gran ramera. La frase "era, y no es; y está para subir" significa que la bestia estuvo viva, murió y luego resucitó. La resurrección de la bestia simboliza la persistencia del mal.
Este resurgir del poder maligno convencerá a muchos para que unan sus fuerzas con la bestia; pero los que escogen el lado del mal se condenan a sí mismos al destino del maligno, el tormento eterno.
Juan se refiere a Roma, la ciudad famosa por sus siete montes. Muchos dicen que esta ciudad también simboliza todo lo malo del mundo, cualquier persona, religión, grupo, gobierno o estructura que esté en contra de Cristo. Sea cual fuere la perspectiva que se tenga de los siete montes y los siete reyes, esta sección indica el clímax de la batalla de satanás contra Dios. El poder del mal es limitado y su destrucción está en el horizonte.
Los diez cuernos representan reyes de naciones que están por surgir. Después de Roma seguirán otros poderes. Roma es un buen ejemplo de cómo obrará el sistema del anticristo: exigirá absoluta lealtad, y gobernará mediante un poder descarnado, opresivo y esclavizante. Sean quienes fueren los diez reyes, le darán poder al anticristo y financiarán la guerra en contra del Cordero.
En un cambio espectacular de acontecimientos, los aliados de la gran ramera se vuelven contra ella y la destruyen. Así funciona el mal. Destructivo por su propia naturaleza, descarta a sus propios seguidores cuando dejan de serle útiles para sus propósitos. Una alianza impía no es una alianza fácil porque cada integrante pone en primer lugar sus propios intereses.
Sin que importe lo que suceda, debemos confiar en que Dios sigue al timón y gobierna, y llevará a cabo sus planes tal como lo dijo. Sigue usando a las personas que se le oponen para llevar a cabo su voluntad. Aunque El permite que el mal penetre el mundo actual, la tierra nueva nunca conocerá el pecado.

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