miércoles, 23 de octubre de 2019

Tiempo... Apocalipsis 18. 8 - 10



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Por eso, en un solo día le vendrán sus calamidades: muerte, aflicción y hambre, y será quemada en el fuego; porque poderoso es Dios, el Señor, que la ha condenado.”
Los reyes del mundo que se prostituyeron con ella y se entregaron al derroche, llorarán y harán lamentación por ella cuando vean el humo de su incendio.  Se quedarán lejos por miedo a su castigo, y dirán: “¡Ay, ay de ti, la gran ciudad, Babilonia, la ciudad poderosa! Porque en un instante llegó tu castigo”. Apocalipsis 18. 8 – 10.

Los líderes políticos del mundo llorarán por la pérdida de la espléndida nueva capital mundial. Este suceso marcará la hora final del imperio del Anticristo, y con él, la pérdida de poder de todo su sistema.
Recordemos que el Anticristo será un dictador mundial quien con perfecto engaño fascinará a los gobernantes con promesas de paz universal y bienestar para todos. El mundo entero se postrará a sus pies; será adorado y venerado por todas las naciones.
El centro neurálgico de su imperio del mal será, precisamente, la ciudad de Babilonia; un centro de influencias políticas y económicas. Nadie en su sano juicio habría pensado que semejante bastión mundial de poder pudiera ser atacado, y mucho menos, destruido. Pero así será: el juicio divino sobre la ciudad reducirá en instantes sus edificios, instituciones, funcionarios y habitantes a un puñado de cenizas. Al final del día, Babilonia no será más que escombros, humo y polvo. Cuando la notica se propague, el mundo quedará conmocionado, entrará en estado de shock y se llenará de lamentos.
En el capítulo 17 leímos que los reyes de la Tierra odiarán al sistema seudo-religioso de esa "iglesia universal apóstata" que se creará a partir de la "salida de los creyentes", del "arrebatamiento" de los cristianos fieles que Dios sacará sobrenaturalmente de esta Tierra, antes de dar comienzo al período "de la Tribulación". El Anticristo perseguirá a esa seudo-iglesia, y la eliminará, con la ayuda de los demás gobernantes territoriales, para ser adorado como el mesías y el salvador del mundo, sin impedimento, ni oposición alguna.
Ahora, en cambio, los reyes o gobernantes de la Tierra amarán a Babilonia, porque, gracias a ella, aumentaron y multiplicaron sus propias riquezas y tesoros.
Este acto de materialismo desenfrenado es "fornicación". Y no resulta difícil imaginarse cómo en la sede del comercio mundial todas las compañías importantes tendrán sus propias delegaciones; los gobiernos, sus sedes diplomáticas y los lobbies, sus especialistas en tráfico de influencias.
Pero su destrucción será solo en un momento.
Todo lo que el hombre construye sin Dios es pasajero, su bienestar, sus logros, sus riquezas.
Dios les bendiga abundantemente.

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