domingo, 6 de octubre de 2019

Tiempo... Apocalipsis 3.8



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Yo sé todo lo que haces; mira, delante de ti he puesto una puerta abierta que nadie puede cerrar, y aunque tienes poca fuerza, has hecho caso de mi palabra y no me has negado”.  Apocalipsis 3. 8


Para el mundo la apariencia y el dinamismo es importante, eso abre puertas en muchos lugares, todo se mide por las fuerzas y el vigor primero.
Pero aquí el Señor nos dice, sé que tienes poca fuerza. Muchos con esto nos podemos identificar, tenemos pocas o ninguna fuerza. La palabra griega para "fuerza", es "dunamin", de la cual deriva también la palabra "dinamita".
El Señor le está diciendo a ese pequeño y humilde grupo de cristianos, que no sobresale a los ojos de la gente en grandes ministerios "tenéis poco poder". A aquellos anónimos cristiano, o pequeñas iglesias, que no tienen grandes programas, ni edificios espectaculares.
A Dios no le impresionan ni la cantidad de personas que acuden a nuestra iglesia, ni la imagen o el renombre que pudiéramos tener. Lo verdaderamente importante para Dios es, si estamos proclamando fielmente la Palabra de Dios. Dios sólo nos pide fidelidad en usar adecuadamente aquello que Él nos ha confiado. Es decir, si administramos correctamente, sincera y limpiamente los recursos que él pone a nuestra disposición, sea poco o mucho. Eso es lo que realmente cuenta para Dios.
Guardar la Palabra de Dios es lo más importante, toda la Biblia es de inspiración divina. El Espíritu Santo inspiró a sus escritores el pensamiento de Dios, en lo que hoy es la Biblia, el libro más vendido, más traducido, más perseguido, y el único que tiene poder para cambiar vidas, porque es la Palabra de Dios.
Un teólogo liberal del siglo XX, declaró que ninguna persona inteligente podía creer en la inspiración verbal de la Biblia. Creer en la inspiración de la Biblia no depende de nuestro coeficiente intelectual, sino de la revelación que el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, da a cada persona que busca sinceramente la luz de la Verdad.
Dios les bendiga abundantemente.

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