miércoles, 16 de octubre de 2019

Tiempo... Apocalipsis 11. 15 - 19



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“El séptimo ángel tocó su trompeta, y se oyeron fuertes voces en el cielo, que decían: “El reino del mundo es ya de nuestro Señor y de su Mesías, y reinarán por todos los siglos.”
Los veinticuatro ancianos que estaban sentados en sus tronos delante de Dios, se inclinaron hasta el suelo y adoraron a Dios, diciendo: “Te damos gracias, Señor, Dios todopoderoso, tú que eres y que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar. Las naciones se han enfurecido; pero ha llegado el día de tu ira, el momento en que has de juzgar a los muertos; y darás la recompensa a tus siervos los profetas, a tu pueblo santo y a los que honran tu nombre, sean grandes o pequeños; y destruirás a los que destruyen la tierra.”  Entonces se abrió el templo de Dios que está en el cielo, y en el templo se veía el arca de su alianza. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y una gran granizada”.  Apocalipsis 11. 15 – 19.

Las grandes voces provendrán de las huestes celestiales que en coro anunciarán que los reinos del mundo pertenecen a Dios y a Cristo.
Por ahora, los reinos del mundo pertenecen a satanás. Esa fue una de las funestas consecuencias de la entrada del pecado en el mundo. Satanás ofreció a Cristo los reinos del mundo, si postrado le adoraba, pero Cristo rechazó la oferta y en su lugar murió en la cruz, resucitó de entre los muertos y retornó victorioso a la gloria de su padre donde está actualmente hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
Sin embargo, está cercano el día cuando el título de propiedad de los reinos del mundo sea legítimamente transferido al Señor Jesucristo. El coro de las huestes celestiales anunciará este hecho cuando el ángel toque la séptima trompeta.
Se escuchará entonces una proclama de adoración. Los veinticuatro ancianos se levantarán de sus tronos y se postrarán sobre sus rostros en adoración a Dios. La adoración tendrá un triple propósito.
Por el reinado supremo de Cristo, por el juicio justo de Cristo y tercero por la retribución oportuna de Cristo.
Será una proclamación de la fidelidad de Dios. Veremos la presencia de Dios entre su pueblo. Y adoraremos por toda la eternidad al único y maravilloso Dios.
Dios les bendiga abundantemente.

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