domingo, 13 de octubre de 2019

Tiempo... Apocalipsis 8. 8. 6



TIEMPO DE REFLEXIÓN

 “Los siete ángeles que tenían las siete trompetas se prepararon para tocarlas”.  Apocalipsis 8. 6


Dios hizo el mundo para que el hombre viviera feliz, para que tuviera tiempos maravillosos.
Todo lo que Dios diseño fue hecho con ese propósito. Juan tuvo una visión de lo que sería el fin del mundo pero no porque Dios quiera destruirlo.
Dios no iba hacer algo tan hermoso para después destruirlo, no tardaría años y le dedicaría tanto amor en construir algo sabiendo que después lo va a destruir.
La destrucción del hombre es eminente pero no porque Dios quiera hacerlo, será el mismo hombre quien se destruirá, la ciencia aumentara unos serán los reconocidos como inteligentes pero por cada persona que invente cosas para la comodidad del hombre muchos serán cada vez menos inteligentes y más mediocres.
El internet es un invento maravilloso el problema es que muchas personas se han olvidado de leer, de investigar ahora todo lo solucionan con un simple click. Con un tan solo copiar y pegar ya han hecho su trabajo.
En la parte laboral unos son los genios e inteligentes que inventan grandes maquinarias pero muchos son los desplazados laboralmente. Lo que varios hombres hacían en una hora, las maquinas lo hacen en unos minutos. Muchos empleados remplazados por un solo operario.
Jesucristo no quiere que esto suceda de esta forma es por eso que desde un principio ha levantado trompetas voces que anuncien lo que va a pasar, voces que enseñen las verdades de Dios, muchas personas han sido utilizadas por Dios: profetas, sacerdotes, pastores.
El problema es que seguirá pasando lo que por muchos años ha pasado el hombre sigue endureciendo su corazón e insiste en creer en Dios pero a su manera.
Los tiempos cada vez son difíciles la única forma de soportarlos y vivir tal como Dios quiere es a través de Jesucristo. Solo con Jesucristo en nuestro corazón podemos vivir en un paraíso en medio de un mundo malvado, esperando el cumplimiento de todas sus promesas.
Dios les bendiga abundantemente.

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