miércoles, 2 de octubre de 2019

Leyendo... Apocalipsis capítulo 2 - El mensaje a Esmirn



LECTURA DIARIA:
Apocalipsis capítulo 2 - El mensaje a Esmirna

La segunda iglesia del Apocalipsis era Esmirna, una ciudad comercial de asombrosa belleza, que se ubicaba a 60 kilómetros al norte de la ciudad de Éfeso.

Esmirna significa “mirra”, que era un bálsamo que se usaba para aplicar a los muertos. No pudo haber un mejor símbolo profético para representar la característica particular de esta iglesia, que se vio bajo la prueba de la persecución. De esta manera Esmirna, “mirra”, era el suave perfume que la acompañó en el “horno” de la persecución y del martirio.
A esta Iglesia, Jesucristo se presenta como mártir, como “… el que estuvo muerto y vivió…” Apocalipsis 2.8. Garantizando de esta manera Su gran promesa de sacar de la tumba, a sus fieles mártires, en Su glorioso retorno.
La misma ciudad de Esmirna, como símbolo de la Iglesia de aquella época, fue “resucitada” literalmente de sus ruinas.
Esmirna fue construida por los griegos mil años antes de Cristo. En 600 a.C. fue destruida por los Lidios. Pero luego se reconstruyó durante el tercer siglo antes de Cristo.
La historia de esta ciudad prefigura la historia del periodo de la Cristiandad, a que representa.
Jesús predijo acertadamente de esta Iglesia: “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico)…” Apocalipsis 2.9.
En esta época difícil para la Iglesia, los cristianos no tuvieron éxito material ni fama terrenal. Pero aunque eran pobres materialmente, eran ricos en Espíritu.
 “Yo conozco… la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.” Apocalipsis 2.9
Aquí la palabra de Dios nos enseña que, pretender ser algo que uno no es, o hacerse pasar por alguien o algo sin serlo, es repulsivo para Dios y equivale a blasfemia. Aquí se nos presenta la misma esencia del carácter anticristiano. Aquel que se hace pasar por Cristo sin serlo, y que en realidad está en su contra.
Este versículo nos confirma además que el diablo es muy religioso y tiene su propio templo, tratándose de la simbólica iglesia en la cual se encuentran todos los adoradores hipócritas.
La iglesia cristiana primitiva, antes de proclamar el evangelio a los gentiles, estaba conformado exclusivamente por verdaderos judíos que habían aceptado a Jesucristo. La Biblia enseña que luego también los gentiles que aceptaron a Cristo fueron considerados judíos, pero judíos espirituales; el Israel espiritual de Dios. Así que simbólicamente los verdaderos cristianos (los judíos y los gentiles que aceptaron a Jesucristo como su Mesías) son los verdaderos judíos.
En la época de la iglesia de Esmirna, algunos simulaban hipócritamente ser judíos (cristianos) pero no poseían las características de un verdadero cristiano. Ellos eran parte de la simbólica “sinagoga de satanás”.
Durante este periodo profético de “Esmirna”, los cristianos fueron perseguidos por el pagano Imperio Romano, que sospechó que eran culpables por una serie de delitos atroces, que ellos obviamente nunca cometieron.
Malinterpretaron por ejemplo la comunión de la “santa cena” como una especie de canibalismo, en la cual tomaban sangre y comían carne humana.
Confundieron la camaradería cristiana como libertinaje.
Los culparon con cargos de ateísmo porque adoraron a un Dios invisible (sin imágenes).
El mismo Estado sospechaba de ellos porque se negaron a venerar al emperador.
Su creencia del “fin del mundo” con fuego, fue explotado por el emperador Nerón, quien los culpó del incendio de la ciudad de Roma.
Hubo un desprecio generalizado contra los cristianos porque fueron identificados con los judíos, que consideraban una religión atrasada y remota.
Espiritualmente y teológicamente, los cristianos de la época de Esmirna eran por lo tanto mucho más cercanos a los judíos que a los paganos.
El pagano emperador romano Dioclesiano emitió en el año 303 un edicto para disolver las comunidades cristianas, demoler sus iglesias y quemar sus libros.
La profecía de Esmirna incluye un tiempo profético de 10 días, Apocalipsis 2. 10a.
El número 10 siempre ha sido un símbolo bíblico de prueba y/o juicio. Es por eso que son exactamente 10 los mandamientos de la ley, según la cual el ser humano es probado y será juzgado. Entre otros ejemplos que encontramos en el A. T.
Aunque no fueron en Esmirna una persecución cristiana que haya durado 10 días literales, ni tampoco se limitó la persecución a dicha ciudad.
Frente a la persecución, la tortura y la muerte que iban a tener que sufrir muchos miembros de la iglesia de Esmirna por causa de la palabra de Dios, Jesucristo les transmitió importantes palabras de esperanza, ánimo y consuelo, diciendo:
“No temas en nada lo que vas a padecer… Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.” Apocalipsis 2.10, 11.
En este pasaje, Jesús diferencia la primera muerte, de la cual hay resurrección y vida eterna, de la segunda muerte, que será eterna, y de la cual ya no habrá resurrección.
El apóstol Pablo conoció muy bien esta verdad, que el siervo fiel de Dios recibe su “corona de vida” finalmente en el glorioso retorno de Jesucristo. La persecución era parte de su propia experiencia. Él dijo un poco antes de morir como mártir de Cristo:
“Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” 2 Timoteo 4.6-8.
El apóstol Pedro confirmó esta verdad diciendo: “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” 1 Pedro 5.4.

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