jueves, 17 de octubre de 2019

Leyendo... Apocalipsis capítulo 12



LECTURA DIARIA:
Apocalipsis capítulo 12

Juan ve el conflicto entre Dios y satanás. El ve la fuente de todo pecado, maldad, persecución y sufrimiento en la tierra y comprende por qué la gran batalla entre las fuerzas de Dios y satanás debe tener lugar pronto.
En estos capítulos se pone al descubierto la naturaleza del maligno y se ve a satanás en toda su maldad.
La mujer representa al pueblo fiel de Dios que ha esperado al Mesías; la corona de doce estrellas sobre su cabeza representa a las doce tribus de Israel. Dios aparta a los judíos para sí y esa nación dio nacimiento al Mesías. El hijo varón es Jesús, nacido a una judía devota, María. El perverso rey Herodes intentó de inmediato destruir al niño Jesús. El deseo de Herodes de dar muerte a este "Rey", a quien vio como un peligro para su trono, fue motivado por satanás (el dragón escarlata) que quiso dar muerte al Salvador del mundo.
El espectáculo celestial de Apocalipsis 12 muestra que Cristo, al nacer silenciosamente en el pueblo de Belén, tuvo un significado cósmico.
El enorme dragón escarlata, satanás, tiene siete cabezas, diez cuernos y siete coronas, que representan su poder y el reino del mundo sobre el que tiene autoridad. Por lo general se consideran las estrellas que cayeron a tierra con él como los ángeles que cayeron con satanás y que se convirtieron en sus demonios.
El desierto representa un lugar de refugio espiritual y protección de satanás. Al ayudar en la fuga de la mujer hacia el desierto, Dios ofrece seguridad a todo creyente fiel. Satanás siempre ataca al pueblo de Dios, pero Dios los mantiene seguros espiritualmente. Algunos experimentarán daño físico, pero todos serán protegidos de daño espiritual. Dios no permitirá que satanás tome las almas de sus verdaderos seguidores.
Los 1,260 días (tres años y medio) es la misma duración de tiempo que se le permitió al dragón para dominar la tierra y que la ciudad santa fue hollada.  Este acontecimiento cumple lo que manifiesta Daniel 12. 1. Miguel es un ángel de alto rango. Una de sus responsabilidades es proteger a la comunidad de los creyentes en Dios.
En el nacimiento, muerte y resurrección de Cristo una batalla entre las fuerzas del bien y del mal estuvo de por medio. Con la resurrección de Cristo, se aseguró la derrota de satanás.
Algunos creen que la caída de satanás a la tierra tuvo lugar en la resurrección de Jesucristo o en su ascensión, y que los 1,260 días (tres años y medio) es una forma simbólica de referirse al período intermedio entre la primera y Segunda Venidas de Cristo. Otros dicen que la derrota de satanás tuvo lugar en el punto medio de una tribulación literal de siete años, seguida del arrebatamiento de la Iglesia y precediendo a la Segunda Venida de Cristo y en el comienzo de su reinado de mil años. Sea como fuere, debemos recordar que Cristo es victorioso, satanás ha sido derrotado por la muerte de Cristo en la cruz.
Satanás no es un símbolo ni una leyenda; él es muy real. Originalmente fue un ángel de Dios, pero a causa de su orgullo, llegó a corromperse. Satanás es el enemigo de Dios y constantemente procura obstaculizar la obra de Dios, pero está limitado por el poder de Dios y puede hacer solamente lo que se le permite. El nombre satanás significa "acusador" (12.10).
A pesar de que Dios permite que satanás haga su obra en este mundo, Dios está en control de la situación. Y Jesucristo tiene poder completo sobre satanás; lo ha vencido al morir y resucitar por los pecados de la humanidad.
Un día satanás será encarcelado para siempre, y nunca volverá a hacer su obra maligna.
El golpe crítico a satanás vino cuando el Cordero, Jesucristo, derramó su sangre por nuestros pecados. Se gana la victoria mediante el sacrificio: la muerte de Cristo en nuestro lugar para pagar por el pecado y los sacrificios que hacemos por nuestra fe en El. El diablo empieza a apresurar su persecución porque sabe que le queda "poco tiempo". Vivimos en los últimos días y la obra de satanás es más intensa. Satanás sabe que la gran confrontación con Jesucristo está cerca. Por esa razón procura con desesperación reclutar una fuerza enemiga tan grande como le sea posible para la batalla final.
Mientras la mujer  representa a los judíos fieles y el hijo representa a Cristo, los demás hijos podrían ser los judíos creyentes o, más probable, todos los creyentes.
El apóstol Pablo dice que estamos en una lucha espiritual (Efesios 6.10-12). Juan dice que la guerra todavía se está librando, pero ya se ha determinado el resultado final, satanás y sus seguidores han sido derrotados y serán destruidos. Sin embargo, Satanás lucha cada día por aumentar sus tropas y para evitar que los suyos deserten y se acerquen a Dios.

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