domingo, 27 de octubre de 2019

Leyendo... Apocalipsis capítulo 22



LECTURA DIARIA:
Apocalipsis capítulo 22

El agua de vida es símbolo de vida eterna. Jesús empleó ese mismo símbolo con la mujer samaritana. Describe la plenitud de vida con Dios y la bendición eterna que viene cuando creemos en Él y le permitimos satisfacer nuestra sed espiritual.

Este árbol de la vida es semejante al árbol de la vida del huerto del Edén. Después que Adán y Eva pecaron, se les prohibió que comieran del árbol de la vida porque no podrían tener vida eterna mientras permanecieran bajo el dominio del pecado. Pero gracias al perdón de pecado mediante la sangre de Cristo, no habrá maldad ni pecado en esa ciudad. Podremos comer libremente del árbol de la vida cuando sea destruido el control que tiene sobre nosotros el pecado y se asegure nuestra eternidad con Dios.
Juan se refiere a Ezequiel  47.12, donde el agua que salía del templo producía árboles con hojas curativas. Él no está indicando que habrá enfermedad en la nueva tierra, sino que el agua de vida produce salud y fuerza dondequiera que vaya.
"Y no habrá más maldición" significa que nada maldito estará en la presencia de Dios.
El primero de los diez mandamientos es "No tendrás dioses ajenos delante de mí" (Éxodo 20.3) Jesús dijo que el mayor mandamiento de Moisés fue: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22.37). Aquí, al final de la Biblia, se reitera esa verdad.
El ángel instruye a Juan: "Adora a Dios". Solo Dios es digno de ser adorado. Él está por encima de la creación, aun sobre los ángeles.
El ángel le dice a Juan lo que debe hacer después que termine la visión. En lugar de sellar lo que ha escrito, como se le ordenó hacer a Daniel (Daniel 12), el libro debe quedar abierto para que todos lo lean y comprendan. El mensaje de Daniel fue sellado porque no era un mensaje para aquella época.
El libro de Apocalipsis no fue solo un mensaje para los días de Juan, sino también para hoy.
A medida que se acerca la venida de Cristo, hay cada vez una mayor polarización entre los seguidores de Dios y los de satanás. Debemos leer el libro de Apocalipsis, oír su mensaje y estar preparados para la inminente venida de Cristo.
Los que están lavando sus ropas son los que tratan de purificarse de un estilo de vida pecaminoso. Cada día están procurando mantenerse fieles y estar preparados para la venida de Cristo.
No se conoce la ubicación exacta de los pecadores, ni tampoco es importante conocerla. Ellos están afuera. Fueron juzgados y condenados. El énfasis es que nada maligno ni pecador estará en la presencia de Dios para corromper o hacer daño a cualquiera de los fieles.
Jesucristo es la "raíz" y el "linaje de David". Como Creador de todo, Él ha existido mucho antes que David. Como ser humano, sin embargo, fue uno de los descendientes directos de David. Como el Mesías, es la "estrella resplandeciente de la mañana", la luz de salvación para todos.
Tanto el Espíritu Santo como la Esposa, la Iglesia, extienden la invitación a todo el mundo para que acuda a Jesucristo y experimente las alegrías de la salvación en Cristo.
El evangelio tiene un alcance ilimitado: todas las personas de todo lugar pueden recibirlo. No se puede ganar la salvación; Dios la da gratuitamente. Vivimos en un mundo sediento del agua de la vida, y muchos mueren de sed. Pero no es demasiado tarde. Invitemos a todos a que acudan a Cristo y beban de esa agua.
La advertencia es para quienes intencionalmente tergiversan el mensaje de este libro. Debemos estar dispuestos a poner en práctica sus principios en nuestra vida. Ninguna explicación ni interpretación humana de la Palabra de Dios debe estar por encima de la autoridad del texto mismo.
No sabemos ni el día ni la hora, pero Jesucristo viene pronto y en un momento en que nadie lo espera. Esa es una buena noticia para los que confían en El, pero un mensaje terrible para quienes lo han rechazado y están condenados. En breve significa en cualquier instante, y debemos estar siempre preparados para su venida.
Apocalipsis pone fin a la historia humana así como Génesis le da inicio en el paraíso. Pero hay una diferencia notable en Apocalipsis: el mal deja de existir para siempre.
Génesis describe a Adán y Eva que caminan y hablan con Dios; Apocalipsis describe a las personas que lo adoran cara a cara. Génesis describe un huerto con una serpiente maligna. Apocalipsis describe una ciudad perfecta sin maldad. El huerto del Edén fue destruido por el pecado, pero el paraíso es creado en la nueva Jerusalén.
El libro de Apocalipsis termina con una exhortación urgente: "Ven, Señor Jesús".
En un mundo de problemas, persecución, maldad e inmoralidad, Cristo nos llama a permanecer en nuestra fe. Nuestros esfuerzos por mejorar nuestro mundo son importantes, pero sus resultados no pueden compararse con la transformación que Jesucristo traerá consigo cuando vuelva. Solo El controla la historia humana, perdona el pecado y volverá a crear la tierra y traerá paz duradera. Apocalipsis es sobre todo un libro de esperanza. Muestra que, sin que importe lo que ocurra en la tierra, Dios está al mando. Promete que el mal no permanecerá para siempre. Y describe la recompensa maravillosa que les aguarda a todos los que creen en Jesucristo como Señor y Salvador.

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