jueves, 24 de enero de 2019

Tiempo... Mateo 17. 20



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará, y nada os será imposible”.   Mateo 17. 20



Los discípulos habían intentado sacar un demonio y no habían podido. Llegan con Jesús y le piden su ayuda. Después de que Jesús saca al demonio, le preguntan por qué no habían podido y el versículo 20 es la respuesta: por poca fe.
Muchas veces hemos escuchado sobre este pasaje. Se ha predicado mucho sobre el grano de mostaza y lo pequeño que es y la importancia de ser transformado a través del crecimiento en la fe.
Jesús ya había alimentado a miles y miles de personas con solo unos panes y unos peces. También sanó enfermos de lepra, ciegos, paralíticos, mudos entre otros. Había calmado tormentas y hecho milagros sobresalientes. Pero los discípulos no pudieron pasar la prueba y acudieron pidiendo auxilio a Jesús. ¡Cuántas veces nos ha pasado! Después de intentar por aquí y por allá. De buscar soluciones. De hablar con todos los que podamos. De meditar, preocuparnos y angustiarnos.
Finalmente nos damos cuenta que ¡no se puede y necesitamos ayuda! Necesitamos a Jesús.
¿Cuánto tenemos que recorrer para darnos cuenta de que necesitamos de Cristo? ¿Cuántas veces tenemos que echar a perder algo para entender que lo estamos haciendo mal?¿Por qué se nos olvida tan rápido?
La respuesta es: fe.
Después de tanto darle vueltas a la fe y al grano de mostaza la conclusión es: Jesús no nos está diciendo que la fe tiene tamaños o grados. ¡Nosotros somos los que le hemos puesto niveles!  
Jesús está tratando de abrir nuestros ojos al ¡utilizar un granito de mostaza! Nos está diciendo: no se trata de tener mucha o poca, se trata de tener o no tener. El grano es diminuto pero muy significativo.
Si realmente existieran grados de fe, ¿no te parecería increíble que con tan poca fe se pudiera hacer algo tan grande como mover montañas?
Pensemos en esto, Jesús nos está diciendo que con la fe del tamaño de un grano de mostaza ¡podemos hacer maravillas! No se trata de mucha o poca, sino de entender lo que es tener fe.
No pensemos que necesitamos mucha fe para seguir adelante, tampoco pensemos que tenemos poca fe porque no vemos resultados.
Entendamos que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no vemos.
Dios les bendiga abundantemente.

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