TIEMPO
DE REFLEXIÓN
"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" filipenses 4. 8
Hay
cosas que son, como dice la versión Reina Valera, «honestas». Éste es un uso
clásico de la palabra en el sentido de probo, recto, honrado. Otras
traducciones la definen como decorosas, respetables, honorables, nobles.
Como
todos sabemos, el Nuevo Testamento, fue escrito en griego, por lo que, existen
varios adjetivos que describen muy bien lo que significa «honesto» y que
podemos comprender mejor en nuestro castellano. Veamos algunas de estas
palabras griegas.
La
primera es, «semno», es una palabra difícil de traducir. Algunas veces el
término se traduce, reverente, seriedad, venerable, honorable, lo que es digno
de respeto. La palabra apunta al decoro cristiano y al respeto propio que es
consistente con la verdadera humildad.
La
segunda es, «eusquemon», significa elegante, gentil, decente, honesto,
apropiado. Se usa en tres sentidos. El primero es un sentido moral, como
apropiado. El segundo es en un sentido físico, como decoroso. Y el tercero es
en un sentido social, como influyente.
La
tercera es, «kosmios», de donde viene cosmos y significa ordenado, bien
dispuesto, decente, modesto, describiendo así una disposición armoniosa.
Lo
que estas palabras describen, son las características necesarias de la vida, el
pensamiento y la conducta de los cristianos. Ellas también muestran el
contraste con la ociosidad, lo vulgar, el desorden y el mal testimonio, tal y
como lo dice Pablo en Romanos, que debemos andar honestamente; no en
glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, así como tampoco en
contiendas y envidia. También describe las cualidades de un líder espiritual en
la iglesia, en relación con sus hijos y sus enseñanzas, en las cartas a Timoteo
y Tito.
Así
que, debemos de pensar en todo lo que es digno de respeto, noble, apropiado y
que está en armonía con el carácter de Dios. En todo lo que merece admiración,
adoración, lo sagrado y no lo profano. Profano es lo que carece de toda
relación o afinidad con Dios y tiene el potencial de contaminar, manchar, teñir
con otro color, ensuciar nuestros pensamientos
y por ende nuestro carácter.
Debemos
poder discernir entre lo santo y profano, Israel no hizo diferencia entre lo
santo, y lo que dice o piensa el mundo. Debemos desechar lo mundano. ¿Qué
escuchamos en películas, chistes, comentarios con los amigos, familiares? ¿Qué
comentarios hacemos en las diferentes circunstancias?
¡Que
podamos discernir para saber lo que conviene a hijos de Dios!
Dios
les bendiga abundantemente.
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