LECTURA
DIARIA:
Gálatas
capítulo 6
El
cuerpo de Cristo, la Iglesia, funciona sólo cuando los miembros trabajan juntos
por el bienestar común. Cuando se hace lo mejor, se siente satisfecho de los
resultados y no necesita compararse con otros.
Miremos
a Jesucristo. Su ejemplo nos inspirará a que hagamos las cosas mucho mejor, y
su aceptación cariñosa nos será de consuelo cuando no logremos los objetivos.
Pablo
insiste que cumplamos con nuestra responsabilidad de satisfacer las necesidades
materiales de aquellos que nos enseñan. Es fácil recibir el beneficio de una
buena enseñanza bíblica y admirar a nuestros líderes espirituales, pasando por
alto sus necesidades financieras y físicas. Debemos cuidar de ellos, no de mala
gana o con fastidio, sino con un espíritu generoso, como muestra de honor y
aprecio por sus servicios.
Es
una ley de la vida, tanto espiritual como física, que cosechamos lo que sembramos.
Cada acción tiene resultados. Si plantamos para nuestros propios deseos,
cosecharemos lamentos y maldad. Si plantamos para agradar a Dios, cosecharemos
gozo y vida eterna.
Pablo
desafió a los gálatas y nos desafía a nosotros a seguir haciendo lo bueno y
confiar a Dios los resultados. A su tiempo, cosecharemos bendiciones.
Pablo
dictó la carta a un amanuense (escribiente). Ahora toma la pluma para escribir
sus saludos personales y finales. El hizo lo mismo en otras cartas también,
para dar énfasis a sus palabras y asegurar que la letra era genuina.
Algunos
de los judaizantes hicieron énfasis en la circuncisión como prueba de santidad,
pero ignoraban las otras leyes judías. La gente, con frecuencia, escoge ciertos
principios o prohibiciones y los convierten en varas para medir su fe. Algunos
pueden rechazar el alcoholismo pero ignoran la glotonería. Otros desprecian la
promiscuidad pero toleran el prejuicio.
La
Biblia es nuestra regla de fe y práctica. No podemos tomar y escoger los
mandatos que seguiremos.
El
mundo está lleno de incitaciones. Cada día somos confrontados con presiones
culturales sutiles como también con propaganda abundante. La única forma de
escapar de estas influencias destructivas es pedir a Dios que nos ayude para
morir a ellas, así como Pablo lo hizo.
Llevar
una vida "buena", sin un cambio interior, conduce a un caminar
espiritual vano y vacío. Lo que importa a Dios es que experimentemos un cambio
total desde lo interior.
La
epístola de Pablo a los Gálatas, declara con énfasis la libertad del cristiano.
Es indudable que estos cristianos en Galacia, anhelaban crecer en la vida
cristiana, pero eran confundidos por aquellos que decían que esto sólo se podía
lograr por medio del cumplimiento de ciertas leyes judías.
Si
creemos en Jesucristo, ya hemos sido liberados; en lugar de volver a alguna
forma de esclavitud, sea el legalismo o el pecado, usemos la libertad para vivir
para Cristo.
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