LECTURA
DIARIA:
1
Tesalonicenses 3
Algunos
piensan que los problemas siempre son causados por el pecado o por la falta de
fe. Las pruebas pueden ser parte del plan de Dios para los creyentes.
Experimentar problemas y persecuciones pueden fortalecer el carácter, la
paciencia y la sensibilidad hacia otros que también enfrentan problemas. Para
el pueblo de Dios, los problemas son algo inevitable.
Debido
a que Pablo no pudo regresar a Tesalónica, envió a Timoteo como su representante.
Pablo
dejó Tesalónica y fue a Berea. Cuando empezaron a surgir problemas en Berea,
algunos cristianos llevaron a Pablo a Atenas mientras Silas y Timoteo
permanecían allí. Luego Pablo les pidió que se juntaran con él en Atenas. Más
tarde envió a Timoteo a Tesalónica para que animara a los cristianos, para que
fueran fuertes en su fe ante la persecución y otras dificultades.
La
vida cristiana significa obedecer a Cristo a pesar de la tentación y la
opresión.
El poder
de satanás puede afectar tanto el mundo espiritual; como el mundo físico y trata de tentar y molestar a los creyentes. A
su tiempo Dios vencerá a satanás para siempre.
En
medio de la persecución o presión, los creyentes deberían darse ánimo unos a
otros. Los cristianos que permanecen firmes en el Señor son motivo de aliento,
como así también los nuevos en la fe.
Pablo
experimentó este gozo muchas veces. Agradeció a Dios por aquellos que habían
llegado a conocer a Cristo y por su fe fuerte. También oró por su crecimiento
constante.
Pablo
quería volver a Tesalónica. Cuando estaba viajando a través de Asia en su
tercer viaje, se le unieron Aristarco y Segundo, que eran de Tesalónica.
Cuando
el apóstol dice: "En la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus
santos", se refiere a la Segunda Venida de Cristo, cuando establecerá su
Reino eterno. Entonces, Cristo reunirá a todos los creyentes, los que hayan
muerto y los que estén vivos, conformando una sola familia bajo su gobierno.
Todos los creyentes de todas las épocas, incluyendo a estos tesalonicenses,
estarán con Cristo en su Reino.
Si estamos llenos del
amor de Dios, se derramará sobre otros. No es suficiente ser simplemente
gentiles con otros; debemos en forma persistente y activa mostrar nuestro amor
hacia ellos. Nuestro amor debiera crecer continuamente.
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