jueves, 18 de julio de 2019

Leyendo... Colosenses capítulo 3



LECTURA DIARIA:
Colosenses capítulo 3

Pablo les dice aquí a los colosenses; que si realmente habían aceptado a Cristo, y habían dejado morir la antigua naturaleza, debían cambiar su conducta moral y ética y dejar que Cristo viva en ellos, para que puedan moldear su vida hasta ser semejantes a Él.

Que buscaran las cosas de arriba, significaba luchar por poner las prioridades en la práctica diaria, preferir lo eternal antes que lo temporal. Y poner la mira en las cosas de arriba significaba mirar la vida desde la perspectiva de Dios y hacer lo que a Él le agrada. Ver las cosas de la misma manera en que Dios las ve.
Al haber muerto con Cristo a la antigua naturaleza, el pecado, en la vida del creyente, ya no tendría que tener lugar, y mucho menos en forma frecuente, como las personas que están en el mundo.
Debemos revestirnos de la nueva naturaleza, ese nuevo hombre creado para que el propósito de Dios se cumpla.
En Dios ya no hay diferencias entre los hombres, Jesucristo hizo posible eso mediante la fe, eso es lo único que nos puede separar de Dios, no creer en Él.
Dios nos escogió para vivir consagrados a Él, y el fruto del Espíritu Santo debería ser natural en nuestra vida, por eso Pablo les dice a los colosenses que debían vivir vestidos del nuevo hombre viviendo como Cristo.
La conducta del creyente debe ser acorde con su fe. Ser cristiano es más que hacer buenas decisiones y tener buenas intenciones, significa tomar el camino correcto.
El amor es el vínculo más importante entre las personas, sin amor nada puede prosperar para bien. Un corazón lleno de la paz y el amor de Dios es difícil que tome decisiones equivocadas, aún en medio de un conflicto.
Pensar en el perdón y el amor de Dios puede ayudarnos a amar y perdonar a otros.
La palabra de Dios debe ser el eje en nuestra vida, el equilibrio que nos mantiene firme en el camino cada día, y nos ayuda a seguir, y a ayudar también a otros que lo necesiten. Para eso es necesario conocer la Palabra de Dios, leerla cada día, memorizarla y estudiarla, para ponerla en práctica.
Como cristianos, nuestra vida debe dar honor a Cristo, tanto en nuestros hechos, como en nuestros dichos, nuestro testimonio es muy importante, el mundo debe ver reflejado al Señor en nuestra vida.
Pablo describe tres relaciones: (1) esposos y esposas, (2) padres e hijos, y (3) amos y siervos. En cada caso hay responsabilidad mutua para someterse y amar, para obedecer y estimular, para trabajar arduamente y ser justo. El matrimonio cristiano involucra sumisión mutua, subordinación de nuestros deseos personales al bien del ser amado y someternos nosotros mismos a Cristo como Señor. Los hijos deben ser tratados con cuidado. Ellos necesitan disciplina firme administrada en amor.
Pablo no condena ni condona la esclavitud, sino que explica que Cristo va más allá de las divisiones humanas. A los siervos se les dice que deben trabajar duro como si su amo fuera Cristo mismo; pero los amos deben de ser justos y rectos.
Filemón era dueño de esclavos en la iglesia de Colosas y Onésimo había sido su esclavo.
Desde la creación, Dios nos ha dado trabajo para hacer. Deberíamos considerar nuestro trabajo como un acto de alabanza o servicio a Dios, entonces aprenderíamos a trabajar sin queja ni resentimiento. 
Debemos saber que la recompensa de todo lo que hagamos siempre viene del Dios.

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