LECTURA DIARIA:
Filipenses capítulo 2
La
ambición puede arruinar una iglesia, pero la humildad genuina puede edificarla.
Filipos era una ciudad cosmopolita.
La composición de la iglesia reflejaba gran
diversidad, con una variedad de personas, con trasfondo y formas de vida
diferentes. Con tantos diferentes trasfondos entre sus miembros, debió haber
sido difícil mantener la unidad. Aunque no hay evidencias de una división
notable en la iglesia, la unidad fue protegida.
Pablo
les anima a estar alertas contra cualquier egoísmo, prejuicio o celo que pueda
conducir a una disensión.
Jesucristo
era humilde, dispuesto a negar sus derechos, a fin de obedecer a Dios y servir
a la gente.
La
encarnación fue el acto de preexistencia del Hijo de Dios, que voluntariamente
adoptó un cuerpo y una naturaleza humanos. Sin dejar de ser Dios, se convirtió
en un ser humano, el hombre llamado Jesús. No renunció a su deidad para
convertirse en humano, sino que dejó a un lado el derecho a su gloria y su
poder. En sumisión a la voluntad del Padre, limitó su poder y su conocimiento.
Jesús de Nazaret estaba sujeto a lugar, tiempo y a muchas otras limitaciones
humanas. Lo que hizo única su humanidad fue su libertad del pecado. En su
completa humanidad, Jesús nos mostró todo lo que puede expresarse, en términos
humanos, relacionado al carácter de Dios.
Con
frecuencia la gente excusa su egoísmo, orgullo o maldad, reclamando sus
"derechos". Pero como creyentes debemos tener una actitud diferente,
que nos permita poner a un lado nuestros derechos por el bien de los demás, a
fin de servirles. Si decimos que seguimos a Cristo, también debemos decir que
queremos vivir como Él vivió.
La
muerte en la cruz (crucifixión) era la forma de castigo capital que los romanos
usaban contra los criminales notorios. Era sumamente dolorosa, humillante. Los
prisioneros eran clavados o atados a la cruz y abandonados hasta morir.
En el
juicio final, aun aquellos que sean condenados reconocerán la autoridad de
Jesús y su derecho a gobernar. La gente puede escoger ahora a Jesús como Señor
como un paso de amor y compromiso voluntario, o ser forzados a reconocerlo como
Señor cuando regrese. Cristo puede regresar en cualquier momento. "Por
tanto", dice Pablo "Ocupaos en vuestra salvación", a la luz de
la exhortación precedente sobre la unidad, puede significar que toda la iglesia
trabajó unida para deshacerse de las divisiones y las discordias. Los
cristianos filipenses necesitaban ser cuidadosos en su obediencia a Cristo,
ahora que Pablo ya no estaba con ellos para recordarles continuamente lo que
era correcto.
Para
ser como Cristo, debemos condicionarnos a pensar como El. Para cambiar nuestros
deseos, a fin de que sean como los de Cristo, necesitamos el poder de la
presencia del Espíritu, la influencia de cristianos fieles, la obediencia a la
Palabra de Dios y el servicio sacrificial.
Nuestras
vidas debieran caracterizarse por su pureza, su paciencia y su pacificación, de
manera que resplandezcamos como "luminares" en un mundo de tinieblas
y depravación. Una vida transformada es un testimonio efectivo del poder de la
Palabra de Dios.
La
libación era una parte importante del sistema de sacrificios de los judíos.
Debido a que la iglesia tenía un pequeño trasfondo judío, la libación puede
referirse al vino derramado a las deidades paganas en acontecimientos públicos
importantes. Pablo considera su vida como un sacrificio.
Aunque
Pablo tuviera que morir, estaba contento, sabiendo que había sido de ayuda a
los filipenses para que vivieran por Cristo.
Cuando
Pablo escribió esta carta, Timoteo se hallaba con él en Roma. También lo estuvo
en su segundo viaje misionero, cuando se estableció la iglesia de Filipos.
Pablo
observó que muchos cristianos estaban demasiado preocupados en sus necesidades
como para invertir tiempo en trabajar por Cristo.
Así
como un obrero habilidoso entrena a un aprendiz, Pablo preparó a Timoteo para
que continuara el ministerio en su ausencia.
Pablo
estaba en prisión (esperando su juicio o su veredicto) por predicar a Cristo.
Les decía a los filipenses que tan pronto supiera la decisión de la corte,
enviaría a Timoteo con las noticias, pero que estaba dispuesto a aceptar lo que
viniera.
Epafrodito,
quien entregó el dinero de la iglesia en Filipos a Pablo, pudo haber sido un anciano
en Filipos, quien, mientras estuvo con Pablo, se enfermó. Después de
recuperarse, regresó a su hogar. Solo se menciona en Filipenses. Pablo indica
que debería honrarse a aquellos que dan su vida por la causa de Cristo, yendo a
donde no podemos ir nosotros mismos.
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