LECTURA
DIARIA:
1
Tesalonicenses 5
Aquí
se menciona que nadie sabe el día ni la hora y que aun los creyentes serán
sorprendidos. El Señor volverá sorpresivamente, advierte Pablo.
Cuando
Pablo dice: "Los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor",
se refiere a los ancianos y diáconos de la iglesia.
Nuestro
gozo, oraciones y agradecimiento a Dios no debieran fluctuar con nuestras
circunstancias o estados de ánimo. Obedecer estos tres mandamientos, estad
siempre gozosos, orad sin cesar y dad gracias en todo, generalmente va contra
nuestra inclinación natural. Cuando hacemos una decisión consciente para hacer
lo que Dios dice, empezamos a ver a la gente desde una nueva perspectiva.
Cuando hacemos la voluntad de Dios, descubrimos que es fácil estar gozoso y ser
agradecido.
Una
actitud de oración todo el tiempo se construye sobre el reconocimiento de
nuestra dependencia de Dios, tomando en cuenta que está con nosotros y con la
determinación de obedecerle en todo.
Pablo
no enseña que debemos dar gracias a Dios por cada cosa que nos sucede sino en
todo.
La
advertencia de Pablo de no apagar al Espíritu, significa que no debemos ignorar
o restar importancia a los dones del Espíritu Santo. En lugar de procurar
resolver los problemas, algunos cristianos prefieren apagar los dones. Esto
empobrece la iglesia. No debiéramos sofocar la obra del Espíritu Santo en la
vida de alguno sino que debiéramos estimular la expresión total de estos dones
para beneficiar a todo el cuerpo de Cristo.
No
deberíamos burlarnos de aquellos que no están de acuerdo con lo que creemos
("no menospreciéis las profecías"), sino examinarlo todo y confrontar
sus palabras con lo que dice la Biblia.
Como
cristianos no podemos evitar todo lo malo porque vivimos en un mundo
pecaminoso. Podemos, sin embargo, asegurarnos de no darle al enemigo un lugar
donde apoyarse, evitando situaciones de tentación y concentrándonos en obedecer
a Dios.
El
espíritu, alma y cuerpo no se refiere tanto a las diferentes partes de una
persona como a todo el ser de una persona. Esta expresión es la forma de Pablo
de decir que Dios debe estar involucrado en cada aspecto de nuestras vidas. Es
un error pensar que podemos separar nuestras vidas espirituales de todo lo
demás, obedeciendo a Dios sólo en algunos aspectos.
La
iglesia de Tesalónica era nueva, y sus miembros necesitaban ayuda y aliento.
Tanto la persecución que enfrentaban como las tentaciones de su cultura pagana
eran problemas potenciales para estos nuevos cristianos. Pablo escribió, por lo
tanto, para fortalecer su fe y reforzar su resistencia a la persecución y a la
tentación.
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