LECTURA DIARIA:
Colosenses capítulo
4
El apóstol Pablo les da recomendaciones prácticas a los colosenses, en todas sus relaciones debían reflejar a Cristo, sabiendo que Dios está por encima de cualquier posición que podamos tener en este mundo, como en este caso de amos y siervos, en Cristo somos todos iguales.
Pablo les pide que sean perseverantes en la oración y que den gracias por lo
que van a recibir, eso es una actitud de fe. La oración constante y activa, que
persevera ante las circunstancias adversas, y aún agradece a Dios por lo que va
a venir, es una oración que hace que los muros caigan en el mundo espiritual.
Pablo necesitaba de las oraciones de los hermanos para su ministerio, la oración es la llave que abre las puertas para la predicación del evangelio, aún en lugares que parecen infranqueables.
El hijo de Dios tiene hoy una responsabilidad ante el mundo, andar prudentemente, ante tanta insensatez con la que el mundo se maneja. Aprovechando bien el tiempo, usando bien las oportunidades que, mientras vamos por la vida, se nos presentan para dar testimonio, sabiamente, de que Cristo vive en nosotros.
Nuestras palabras deben expresar fe, aliento, esperanza a aquellos que no conocen a Dios, aún a los que nos persiguen y critican por ser cristianos.
A continuación, Pablo nombra una serie de hermanos, que de alguna manera u otra, eran colaboradores en la causa del evangelio, cada uno desde su tarea, ocupaban un importante lugar en la obra. Todos somos importantes en el cuerpo de Cristo, no hay tarea, por pequeña que sea, que no debamos reconocer.
Cada hermano que aporta lo que Dios ha puesto en él, ayuda a la edificación de la iglesia del Señor.
Pablo estaba preso y si no hubiera contado con los hermanos que él nombra en este capítulo, no le hubiera podido ser posible estar en contacto con las iglesias que él había fundado, y que necesitaban su apoyo y acompañamiento para seguir creciendo firmes en la fe.
Que importantes es tener una buena comunión con todos los hermanos sabiendo que todos nos necesitamos.
Pablo usualmente dictaba sus cartas a un escriba, pero casi siempre terminaba con una breve nota manuscrita por él mismo. Esto evitaba que los falsos maestros escribieran cartas en nombre de Pablo. Y también le daba un toque personal.
Pablo necesitaba de las oraciones de los hermanos para su ministerio, la oración es la llave que abre las puertas para la predicación del evangelio, aún en lugares que parecen infranqueables.
El hijo de Dios tiene hoy una responsabilidad ante el mundo, andar prudentemente, ante tanta insensatez con la que el mundo se maneja. Aprovechando bien el tiempo, usando bien las oportunidades que, mientras vamos por la vida, se nos presentan para dar testimonio, sabiamente, de que Cristo vive en nosotros.
Nuestras palabras deben expresar fe, aliento, esperanza a aquellos que no conocen a Dios, aún a los que nos persiguen y critican por ser cristianos.
A continuación, Pablo nombra una serie de hermanos, que de alguna manera u otra, eran colaboradores en la causa del evangelio, cada uno desde su tarea, ocupaban un importante lugar en la obra. Todos somos importantes en el cuerpo de Cristo, no hay tarea, por pequeña que sea, que no debamos reconocer.
Cada hermano que aporta lo que Dios ha puesto en él, ayuda a la edificación de la iglesia del Señor.
Pablo estaba preso y si no hubiera contado con los hermanos que él nombra en este capítulo, no le hubiera podido ser posible estar en contacto con las iglesias que él había fundado, y que necesitaban su apoyo y acompañamiento para seguir creciendo firmes en la fe.
Que importantes es tener una buena comunión con todos los hermanos sabiendo que todos nos necesitamos.
Pablo usualmente dictaba sus cartas a un escriba, pero casi siempre terminaba con una breve nota manuscrita por él mismo. Esto evitaba que los falsos maestros escribieran cartas en nombre de Pablo. Y también le daba un toque personal.
Para comprender la carta a los Colosenses, es necesario
tomar en cuenta que la iglesia enfrentaba la presión de una herejía que
prometía vida espiritual profunda a través del conocimiento secreto (una forma
primitiva de gnosticismo). Los falsos maestros destruyeron la fe en Cristo al
menoscabar la humanidad y divinidad de Cristo. Pablo deja en claro que solo
Cristo es la fuente de nuestra vida espiritual, la cabeza del cuerpo de
creyentes. Cristo es Señor tanto del mundo físico como del espiritual. La senda
a una vida espiritual profunda no es a través de deberes religiosos,
conocimiento especial o secreto; solo se consigue por medio de una relación
clara con el Señor Jesucristo.
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