TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Ahora
bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen. Y
había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían
cometido homicidio en una revuelta.
Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que
hiciese como siempre les había hecho. Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis
que os suelte al Rey de los judíos?
Porque
conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.
Mas
los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más
bien a Barrabás. Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis
que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces:!Crucifícale!” Marcos 15. 6 – 13.
En
toda la historia de la humanidad ha habido muchos momentos injustos y personas
que han muerto por causas incorrectas, pero ninguna como la que encontramos
aquí. Era normal en la Pascua que se liberara a uno de los delincuentes como
medida de gracia, el gobernador quería salvar a Jesús ya que no encontraba en
Él nada punible por lo que ser castigado, y ante Jesús estaba Barrabás un
terrorista que había robado y asesinado y estaba condenado a la cruz. Pilato
sabía que ante esta situación, el pueblo elegiría salvar a aquel de quien se
había oído que había dado de comer a miles, que había curado a muchos de sus
enfermedades. ¿Quién querría que alguien así muriera?
Ante
la pregunta de Pilato ellos respondieron a gritos: ¡Crucifícale!
La
respuesta fue clara, el pueblo el cual unos días antes alababan a Jesús sobre
un pollino ahora deseaba su muerte, gritaban para que fuese crucificado.
Deseaban ver a ese hombre sobre un madero y sufriendo, su único “pecado” haber
confesado ser Hijo de Dios, ser el Rey de los judíos.
Lo
que sucedió aquel día era algo más grande que un simple clamor del pueblo, era
el plan divino siendo cumplido, eran las palabras de los profetas tomando vida
y viendo como el Rey de los judíos iba a ser maldito para la salvación y perdón
de pecados de muchos.
¿Acaso
si esto se cumplió dudaremos del resto de promesas?
No
hay mayor milagro que el sacrificio del mismo Dios, que el cumplimiento de esta
promesa. Esto debe recordarnos que la Biblia no es un simple libro más, es el
Libro por excelencia, en él encontramos escritos cientos de promesas que quizá
pueda parecer que no llegan, pero llegarán, no dudemos.
Si
está escrito, al igual que se cumplió el hecho más grande de la historia de la
humanidad, eso también se cumplirá.
Dios
les bendiga abundantemente.
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