TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Pero
en aquellos días, después de esa tribulación, el sol se oscurecerá y la
luna no dará su luz, las estrellas irán cayendo del cielo y las
potencias que están en los cielos serán sacudidas.
Entonces verán al
Hijo del Hombre que viene en las nubes con gran poder y
gloria. Y entonces enviará a los ángeles, y reunirá a sus escogidos de los
cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del
cielo. De la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone
tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también
vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que Él está cerca, a las
puertas. En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo
esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no
pasarán. Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni
siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”.
Marcos
13. 24 – 32.
La
mayoría de las personas no piensan con frecuencia en la Segunda Venida de
Cristo. La idea de morir y presentarse a juicio ante Dios, o peor aún, de que
Jesús aparezca de repente y nos juzgue sin aviso previo es capaz de llenarnos
de nerviosismo e inseguridad.
Pero
esta no es la actitud que los creyentes tenemos al pensar en el grandioso y
triunfante regreso de Cristo en toda su gloria.
Citando
al profeta Daniel, Jesús dijo: “Verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes
con gran poder y majestad”
(Marcos
13. 26; Daniel 7. 13).
Para
todos los que creemos y confiamos en Cristo, su Segunda Venida será una ocasión
de enorme gozo y júbilo; será el momento en que nuestro Rey y Maestro volverá a
la tierra a librarnos de una vez por todas de las lágrimas y los dolores
causados por el pecado que ha infectado al mundo entero. Él llevará a todos los
fieles al cielo, para estar a su lado para toda la eternidad. Esto es lo que le
pedimos en el Padre Nuestro cada vez que oramos: “Venga a nosotros tu Reino.”
El
hecho de saber que hay una vida después de ésta debe ser para nosotros motivo
de enorme esperanza.
Si
deseamos vivir cada día en la presencia del Señor, amándolo, tratando al
prójimo con amor, y deseando experimentar la vida de Jesús, nos llenaremos del
anhelo de que el Señor venga a completar la obra que dejó iniciada.
En
cambio, los que no quieren conocer a Jesús ni han saboreado la vida divina,
piensan que la Segunda Venida será nada más que causa de desastres, calamidades
y juicio. Para nosotros los creyentes, esa gloriosa manifestación de Cristo
será el acontecimiento más sublime y esplendoroso que tanto esperamos.
Aceptemos
la obra de Dios hoy mismo y preparémonos para la hora en que Jesús regrese a llevarnos
a vivir con él en la gloria de la eternidad.
Dios
les bendiga abundantemente.
Kinda palabra Dios les siga bediciendo.
ResponderEliminar