LECTURA
DIARIA:
Lucas
capítulo 1
Una
traducción del nombre Teófilo es "amado de Dios". El libro de Hechos,
escrito también por Lucas, comienza de la misma manera. Este prefacio quizás
sea una dedicatoria general a los lectores cristianos.
Herodes
el Grande, a quien el senado romano ratificó como rey de los judíos. Como era
medio judío y deseoso de complacer a sus superiores romanos, expandió y
embelleció el templo de Jerusalén, pero puso un águila sobre la entrada. Cuando
ayudó a los judíos, lo hizo con propósitos políticos y no porque le interesara
su Dios. Herodes el Grande ordenó más tarde una matanza de niños con el intento
fútil de dar muerte al niño Jesús, al que se le llamó el nuevo "rey de los
judíos".
Zacarías
era un sacerdote judío de la clase de Abías que oficiaba en esa semana en
particular. Cada mañana un sacerdote entraba al templo para quemar el incienso.
Se sorteaban para decidir quién entraría al Lugar Santo y un día la suerte
recayó en Zacarías.
Dios
guiaba los acontecimientos de la historia al preparar el camino para la venida
de Jesús a la tierra.
Zacarías y su esposa Elisabet seguían las
leyes de Dios, y respaldaban su posición con obediencia profunda, por eso los
llamaron "justos delante de Dios".
El
incienso se quemaba en el templo dos veces al día. Cuando el pueblo veía el
humo del incienso quemado, oraba. El humo que ascendía a los cielos simbolizaba
las oraciones que subían al trono de Dios.
Gabriel
un ángel de Dios le da un mensaje especial a Zacarías. Este no fue un sueño ni
una visión. El ángel apareció en forma visible y habló al sacerdote con
palabras audibles.
Zacarías
y su esposa, tenían la tristeza de no tener hijos y eran de edad avanzada y ya
estaban resignados a no tenerlos.
¡El
mensaje del ángel era demasiado bueno para ser cierto! Sin embargo, Zacarías no
reaccionó tanto por las nuevas del Salvador venidero como por las dudas acerca
de su capacidad para ser padre del niño que el ángel le prometía. Su edad
parecía tener más consecuencias que la promesa de Dios. Como resultado, Dios le
privó a Zacarías del habla hasta el cumplimiento de la promesa.
Le
dijo también que el niño se llamaría Juan. Juan significa "el Señor es
bondadoso". Dios seleccionó a Juan para un servicio especial. Tal vez se
le prohibió beber, como parte del voto de nazareo, un voto antiguo de consagración
a Dios. Sansón estuvo bajo este voto y Samuel también.
El
papel de Juan era ser casi semejante al profeta del Antiguo Testamento: motivar
a las personas a alejarse del pecado y volver a Dios. A menudo se le compara
con el gran profeta Elías, conocido por oponerse a las leyes corruptas.
Cuando
Zacarías salió del edificio, la gente que estaba fuera se sorprendió por su
incapacidad para hablar y pensó que debía haber tenido una visión de Dios que
le había impresionado. A su debido tiempo se cumplió la promesa de Dios y el
niño fue concebido.
En
el sexto mes del embarazo de Elisabet, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a
Nazaret, que estaba lejos de Jerusalén, centro de vida y adoración judías. Donde
vivía María una joven pobre, características que para la gente de su tiempo la
convertía en incapaz de que Dios la usara en tareas importantes. Pero Dios
escogió a María para uno de los actos más grandes de obediencia que jamás haya
demandado de alguien.
Su
bendición sobre María, el honor de ser la madre del Mesías, le produciría mucho
dolor: sus parientes se burlarían de ella; su prometido estaría a punto de
dejarla; rechazarían y matarían a su hijo. Pero a través de su Hijo vendría la
única esperanza del mundo y por eso a María la alabarían todas las generaciones
porque halló "gracia delante de Dios".
El
nombre del niño Jesús, una forma griega de la palabra hebrea Josué, era un
nombre común que significa "el Señor salva". Siglos antes, Dios
prometió a David que su reino sería para siempre. Esta promesa se cumplió en la
venida de Jesús, un descendiente directo de David, cuyo reinado continuará por
la eternidad.
Jesús
nació sin el pecado que entró en el mundo mediante Adán. Nació santo, justo;
como Adán, fue creado sin pecado. En contraste con Adán, que desobedeció a
Dios, Jesús obedeció. Una joven soltera encinta se arriesgaba al desastre. A
menos que el padre de la criatura aceptara casarse con ella, había la
posibilidad de que quedara sola para toda la vida. María, con su historia de
estar encinta por obra del Espíritu Santo, se arriesgaba también a que la
consideraran demente. Con todo y a pesar de los posibles riesgos, María dice:
"Hágase conmigo conforme a tu palabra". Cuando María lo afirmó, no se
imaginaba la tremenda bendición que recibiría. Solo sabía que Dios le pedía que
le sirviera y estaba deseosa de hacerlo.
María
se sometió. Creyó las palabras del ángel y estuvo de acuerdo en tener al bebé,
aunque fuera en circunstancias humanamente imposibles.
Elisabet
al saludar a su joven parienta la llama "la madre de mi Señor".
Como
Ana, la madre de Samuel, María glorificó a Dios en un cántico por lo que Él iba
a hacer en favor del mundo a través de ella.
Cumplido
el tiempo nació Juan.
La
ceremonia de circuncisión era un acontecimiento importante en la familia de un
niño judío. La línea familiar y los nombres eran importantes para los judíos.
La gente supuso con naturalidad que la criatura quizás no recibiría el nombre
de Zacarías, pero al menos uno de la familia. Por eso se sorprendieron de que
Elisabet y Zacarías desearan ponerle el nombre de Juan, como el ángel les dijo.
Los familiares de Zacarías le hablaron mediante gestos porque al parecer estaba
totalmente sordo, así como mudo, y no oyó lo que su esposa le dijo. Pero Zacarías
recuperó el habla y alabó a Dios con sus primeras palabras después de meses de
silencio.
En
un cántico, Zacarías profetizó la venida de un Salvador que redimiría a su
pueblo y predijo que su hijo Juan prepararía el camino del Mesías. Todas las
profecías del Antiguo Testamento se concretaban.
El
Mesías vendría a su tiempo y escogieron a Juan para preparar el camino.
Zacarías evocó cientos de años de la obra soberana de Dios en la historia,
comenzando con Abraham y continuando por la eternidad. Luego, en un contraste
tierno, personaliza la historia.
Juan
vivió en el desierto, los profetas buscaban la soledad del desierto para
mejorar su crecimiento espiritual y enfocar su mensaje en Dios. Al estar en el
desierto, Juan mostró su separación de los poderes económicos y políticos de
modo que pudo dirigir su mensaje en su contra. También muestra su separación de
los líderes religiosos hipócritas de su día. Su mensaje era diferente al de
ellos, preparar el camino al Mesías.
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