TIEMPO
DE REFLEXIÓN
"Puesto
que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre
nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el
principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha
parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las
cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para
que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido
instruido." Lucas
1. 1 – 4
Dios
inspiró a hombres por medio de su Espíritu para escribir su Palabra, que ha
llegado hasta nuestros días; así mismo, testigos presenciales de los hechos, es
decir sus apóstoles, nos dejaron sus cartas para que nos enteráramos de lo
sucedido, convencidos plenamente de lo que observaron, pero además viviendo
cada palabra que escribieron, porque lo que ocurrió también se escribió en sus
corazones.
En
nosotros, si hemos recibido esta noticia y hemos confiado con certeza, es decir
en la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesús, también ha sido grabado en
nuestro corazón su Palabra, conforme era anunciado por los profetas. (Hebreos
10.16).
Por
esto, los que creemos no somos convencidos por influencia humana, ni somos
sugestionados por ideas efímeras; cuando recibimos la escritura nuestro corazón
es transformado, somos personas nuevas y libres, por eso damos testimonio fiel
y con toda convicción.
La
invitación es a recibir el testimonio fiel y verdadero de la Palabra de Cristo,
pues lo que en ella está escrito se cumple; se puede comprobar, iniciando por
nuestra propia vida, cuando colocamos en práctica sus principios. Así seremos
también testigos fieles, plenamente convencidos por su Espíritu y no por
razones humanas.
Dios
les bendiga abundantemente.
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