TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“En
aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando
era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales
también llamó apóstoles” Lucas 6. 12 –
13
Jesús
oro para escoger a sus discípulos y los observó antes de llamarlos. Así mismo,
nos escogió a nosotros, como dice Efesios 1:4 “según nos escogió en él antes de
la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”.
Él
nos escogió para cambiar toda la perspectiva de nuestra vida, para cambiarlo
todo completamente, transformándonos en nuevas criaturas.
Él
mira nuestros corazones y sabe que no somos perfectos, sabe que somos
pecadores, sabe que estamos demasiados ocupados con nuestras cosas, pero ya nos
tiene en la mira.
¿Cuándo
fue la primera vez que Jesús vio a Saulo? Con certeza no lo sabemos, quizás lo
vio en una sinagoga cuando enseñaba la Ley a otros, pero lo que sí sabemos es
que lo vio cuando estaban apedreando a Esteban, cuando consentía su muerte,
cuando perseguía la iglesia, cuando lo estaba persiguiendo a Él.
El
miró que Saulo, era pretencioso, fariseo, maestro de la Ley, con un ego
grandísimo, pero aunque no le gustó lo que vio de él, Jesús se dijo a sí mismo:
“Puedo trabajar con esto también”. Su transformación fue tal que hasta cambio
su nombre por el de Pablo.
La
Palabra dice que de los más menospreciado y vil del mundo ha escogido a los
suyos, para renovarlos y usarlos para su gloria.
Tú
y yo no somos perfectos, quizás como Pablo, nuestra vida no era la mejor,
éramos pecadores, inmorales, con intenciones y pensamientos malos, con vidas
muy ocupadas en las cosas del mundo. Pero nos observó y nos llamó. Jesús hoy
nos puede decir “cargue mi cruz por causa tuya, ahora te quiero para mí, para
hacerte una nueva persona”.
¿Será
que escucharemos su llamado?
Dios
les bendiga abundantemente.
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