LECTURA
DIARIA:
Mateo
capítulo 24
Mientras
contemplaban la estructura majestuosa del templo, los discípulos escucharon
incrédulos las palabras de Jesús relacionadas con su destrucción.
Jesús estaba
sentado en el Monte de los Olivos, este era un momento adecuado para que los
discípulos preguntaran a Jesús cuándo vendría con poder y qué acontecimientos
tendrían lugar. La respuesta de Jesús enfatizó los acontecimientos que tendrían
lugar antes del final de los tiempos. Aclaró que no debían preocuparse por la
fecha exacta sino en estar preparados, en vivir como Dios manda, para que
cuando viniera en gloria, pudiera considerarlos suyos. Los discípulos
preguntaron a Jesús por las señales de su venida y por el fin de los tiempos.
Jesús primero respondió: "Mirad que nadie os engañe". Hubo falsos profetas
en los tiempos de Jesús.
Jesús
anunció que vendrían maestros falsos, y puso en alerta a sus discípulos. Jesús
predijo que los que aborrecen sus puntos de vista perseguirían con severidad a
los cristianos, pero también dijo que antes de que El volviera, las buenas
nuevas acerca del Reino (el mensaje de salvación) serían predicadas en todo el
mundo.
Jesús,
al hablar del fin de los tiempos, enfocaba a la vez acontecimientos cercanos y
futuros, como lo hacían los profetas del Antiguo Testamento. Muchas de estas
persecuciones ya han acontecido, muchas están todavía por venir. Pero Dios está
en control aún de la duración de las persecuciones. No olvidará a su pueblo.
Para
evitar ser engañados por los falsos mesías, debemos entender que el regreso de
Jesús será incuestionable, no habrá duda alguna.
El
propósito de Jesús al referirse a su regreso no es estimular predicciones ni
cálculos acerca de la fecha sino advertirnos que debemos estar preparados. La
única medida que hay que tomar es obedecerle.
El
juicio venidero de Dios es tan cierto como el regreso de Cristo a la tierra.
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