LECTURA
DIARIA:
Mateo
capítulo 20
Jesús
clarificó las reglas para entrar al reino de los cielos, solo se ingresa en él
por la gracia de Dios.
En la parábola de este capítulo, Dios es el dueño de la
finca y los creyentes son los obreros. Esta parábola estuvo dirigida a los que
se sentían superiores por alcurnia o posición económica, a los que se sentían
superiores porque habían invertido mucho tiempo con Cristo, y a los nuevos
creyentes como reafirmación de la gracia de Dios. Esta parábola no tiene que ver
con recompensas sino con la salvación. Enfatiza la gracia, la generosidad de
Dios.
Jesús
predijo su muerte y resurrección por tercera vez. Pero los discípulos no lo
entendieron. Siguieron discutiendo acerca de la posición que ocuparían en el
reino de Cristo.
La
madre de Santiago y Juan fue a Jesús y "postrándose" le pidió un
favor. Adoró a Dios, pero su verdadero motivo era pedirle algo a Él.
La
verdadera adoración, viene como consecuencia de lo que Él es y ha hecho. La
madre de Santiago y Juan le pidió a Jesús que diera a sus hijos un cargo
especial en su Reino.
Santiago,
Juan y su madre fallaron en la interpretación de la enseñanza previa de Jesús
relacionada con las recompensas y la vida eterna. Se equivocaron en su
comprensión del sufrimiento que enfrentarían antes de vivir en gloria en el
Reino de Dios. El vaso terrible era el sufrimiento y la crucifixión que Cristo
enfrentaría. Tanto Santiago como Juan harían frente a grandes sufrimientos.
Santiago moriría por su fe y Juan sería desterrado.
Jesús
estaba afirmando que estaba bajo la autoridad del Padre, el que toma las
decisiones en cuanto al liderazgo en el cielo. Dichas recompensas no se otorgan
como favor. Son para quienes mantienen su entrega a Jesús a pesar de las
severas pruebas que les toque enfrentar. Los otros discípulos estaban molestos
porque Santiago y Juan trataban de acaparar los puestos de privilegio. Todos
los discípulos querían ser el más importante, pero Jesús les enseñó que la
persona más importante en el Reino de Dios es el servidor de todos. La
autoridad se delega no para que seamos más importantes, ambiciosos o
respetados, sino para ser útiles en el servicio a Dios y su creación.
Jesús
describió el liderazgo desde una nueva perspectiva. En lugar de aprovecharnos
de la gente, debemos servirla. El propósito de Jesús en su vida fue servir y
morir por los demás. Un verdadero líder posee un corazón de siervo. Aprecia el
valor de los demás y toma en cuenta que no está cumpliendo una tarea superior.
Un
rescate era el precio que se pagaba para librar a un esclavo. Jesús dijo con
frecuencia a sus discípulos que debía morir y aquí les dice por qué: para
redimirnos de la esclavitud del pecado y de la muerte. Los discípulos pensaban
que vivo podría salvarlos. Pero Jesús manifestó que sólo su muerte podría
salvarlos a ellos y a todo el mundo.
En
este relato Mateo manifiesta que eran dos ciegos los que salieron del camino
para encontrar a Jesús.
Los ciegos llamaron a Jesús "Hijo del rey
David" porque los judíos sabían que el Mesías sería un descendiente del
rey David.
A
pesar de que Jesús estaba preocupado por los acontecimientos que se avecinaban
en Jerusalén, al detenerse a ayudar a aquellos ciegos puso en práctica lo que
había dicho a sus discípulos acerca del servicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario