lunes, 14 de enero de 2019

Leyendo... Mateo capítulo 7



LECTURA DIARIA:
Mateo capítulo 7

Jesús, en los primeros versículos, prohíbe uno de los males más comunes en la raza humana, es decir, el hábito de juzgar con severidad e injusticia a los semejantes.

Aunque no hay una relación entre este párrafo y lo que sigue en el resto del capítulo 7, todos los temas tratados tienen que ver con la justicia en el reino. Jesús no prohíbe toda clase de juicio, Jesús se refiere a juicios personales, no al juicio que emite un juez o tribunal.
Jesús está condenando la práctica habitual de censurar a otros.
Cuando juzgamos a otros sin misericordia, Dios nos juzgará sin misericordia. Un espíritu generoso y perdonador hacia otros generalmente despierta la misma actitud de otros hacia nosotros.
Jesús en sus dichos del versículo 6 emplea el método hebreo de repetición para enfatizar una verdad, usando dos pares de metáforas equivalentes: lo santo a los perros, las perlas a los cerdos. “Lo santo” y “perlas” son términos que se refieren a verdades o testimonios espirituales que estimamos de gran valor. “Perros” y “cerdos” eran los dos animales más repugnantes e inmundos para los judíos. Los judíos usaban estos términos para referirse generalmente a los gentiles. Pero Jesús tenía en mente una aplicación más general: todo incrédulo que no quiere, o que no tiene capacidad para apreciar valores espirituales.
Jesús en el versículo 7 vuelve al tema de la oración con tres imperativos del tiempo presente que expresan acción repetitiva o continua, pedid... buscad... llamad.
La oración persistente nos enseña la necesidad de depender de Dios y nos acondiciona para recibir con gratitud lo que Dios nos da.
Las palabras del versículo 12 están consideradas como la regla de oro, como Jesús la formuló, es el fundamento de la bondad y la misericordia activas, como la que Dios nos muestra cada día. 
Habiendo expuesto varios principios relacionados con la justicia del reino, Jesús concluye el Sermón del monte con cuatro ilustraciones de la justicia personal hablando de dos puertas y dos caminos; dos clases de profetas y dos clases de frutales; dos clases de siervos; y dos clases de constructores.
Esto no significa que sea difícil ser cristiano. Significa que hay muchas maneras de vivir la vida, pero un solo camino para vivir eternamente con Dios. Creer en Jesús es el único camino al cielo, porque solo El murió por nuestros pecados y nos hizo justos delante de Dios. Vivir a su manera puede no ser fácil, pero es bueno y correcto.  
Los falsos profetas aparecían con frecuencia en el tiempo del Antiguo Testamento. Profetizaban solo lo que el rey y la gente querían oír, y afirmaban que era el mensaje de Dios. Los falsos maestros eran tan comunes como lo son hoy. Jesús dice que hay que cuidarse de las personas cuyas palabras suenan a religión, pero que en verdad están motivadas por dinero, prestigio y poder.
Así como el árbol se conoce por la clase de frutos que da, un buen maestro mostrará buena conducta y un carácter moral alto al intentar vivir las verdades de las Escrituras.
Jesús desenmascaró a las personas que aparentaban ser religiosas pero no tenían una relación personal con El.
En el versículo 24 Jesús dice lo importante, edificar "sobre la roca" es ser un discípulo atento que responde a su maestro, en vez de ser superficial e hipócrita. Practicar la obediencia se convierte en fundamento sólido para resistir las tormentas de la vida.

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