LECTURA
DIARIA:
Mateo
capítulo 7
Jesús,
en los primeros versículos, prohíbe uno de los males más comunes en la raza
humana, es decir, el hábito de juzgar con severidad e injusticia a los
semejantes.
Aunque
no hay una relación entre este párrafo y lo que sigue en el resto del capítulo
7, todos los temas tratados tienen que ver con la justicia en el reino. Jesús
no prohíbe toda clase de juicio, Jesús se refiere a juicios personales, no al
juicio que emite un juez o tribunal.
Jesús
está condenando la práctica habitual de censurar a otros.
Cuando
juzgamos a otros sin misericordia, Dios nos juzgará sin misericordia. Un
espíritu generoso y perdonador hacia otros generalmente despierta la misma
actitud de otros hacia nosotros.
Jesús
en sus dichos del versículo 6 emplea el método hebreo de repetición para
enfatizar una verdad, usando dos pares de metáforas equivalentes: lo santo a
los perros, las perlas a los cerdos. “Lo santo” y “perlas” son términos que se
refieren a verdades o testimonios espirituales que estimamos de gran valor.
“Perros” y “cerdos” eran los dos animales más repugnantes e inmundos para los
judíos. Los judíos usaban estos términos para referirse generalmente a los
gentiles. Pero Jesús tenía en mente una aplicación más general: todo incrédulo
que no quiere, o que no tiene capacidad para apreciar valores espirituales.
Jesús
en el versículo 7 vuelve al tema de la oración con tres imperativos del tiempo
presente que expresan acción repetitiva o continua, pedid... buscad... llamad.
La
oración persistente nos enseña la necesidad de depender de Dios y nos
acondiciona para recibir con gratitud lo que Dios nos da.
Las
palabras del versículo 12 están consideradas como la regla de oro, como Jesús
la formuló, es el fundamento de la bondad y la misericordia activas, como la
que Dios nos muestra cada día.
Habiendo
expuesto varios principios relacionados con la justicia del reino, Jesús
concluye el Sermón del monte con cuatro ilustraciones de la justicia personal
hablando de dos puertas y dos caminos; dos clases de profetas y dos clases de
frutales; dos clases de siervos; y dos clases de constructores.
Esto
no significa que sea difícil ser cristiano. Significa que hay muchas maneras de
vivir la vida, pero un solo camino para vivir eternamente con Dios. Creer en
Jesús es el único camino al cielo, porque solo El murió por nuestros pecados y
nos hizo justos delante de Dios. Vivir a su manera puede no ser fácil, pero es
bueno y correcto.
Los
falsos profetas aparecían con frecuencia en el tiempo del Antiguo Testamento.
Profetizaban solo lo que el rey y la gente querían oír, y afirmaban que era el
mensaje de Dios. Los falsos maestros eran tan comunes como lo son hoy. Jesús
dice que hay que cuidarse de las personas cuyas palabras suenan a religión,
pero que en verdad están motivadas por dinero, prestigio y poder.
Así
como el árbol se conoce por la clase de frutos que da, un buen maestro mostrará
buena conducta y un carácter moral alto al intentar vivir las verdades de las
Escrituras.
Jesús
desenmascaró a las personas que aparentaban ser religiosas pero no tenían una
relación personal con El.
En
el versículo 24 Jesús dice lo importante, edificar "sobre la roca" es
ser un discípulo atento que responde a su maestro, en vez de ser superficial e
hipócrita. Practicar la obediencia se convierte en fundamento sólido para
resistir las tormentas de la vida.
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