domingo, 13 de enero de 2019

Tiempo... Mateo 6.10



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Venga tu reino”. Mateo 6.10   

Cuando oímos la palabra reino pensamos en castillos medievales, reyes, caballeros y cosas similares.
Sin embargo, la palabra “reino” en Mateo 6.10 se traduce de una palabra griega que significa “gobernar” o “reinar“.
Podríamos traducir la frase: “Tu reinado venga.” Eso nos da una idea más clara de lo que Cristo quiso decir. Él oró para que el gobierno o reinado de Dios fuera tan evidente en la tierra como en el cielo.
El Reino de Dios fue el tema central del ministerio de Cristo.
Él proclamó el evangelio del reino (Mateo 4.23) e instruyo a sus seguidores para que el reino fuera una prioridad en sus propias vidas (Mateo 6.33). Les dijo parábolas sobre su valor y carácter (Mateo 13) y acusó a los escribas y fariseos de obstaculizar los que querían venir a Él (Mateo 23.13 )
Después de su muerte y resurrección, Jesús se apareció en diferentes ocasiones durante cuarenta días dando instrucciones a los discípulos sobre el reino (Hechos 1.2-3)
Cuando oramos “venga tu reino”, estamos orando por que el gobierno soberano de Cristo sea establecido en la tierra de la misma manera como lo es en el cielo.
De alguna manera, el reino ya está aquí, en el corazón de los creyentes. Consiste de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14.17)
Pero, en otro sentido, el reino es un aspecto del futuro. En Lucas 17.21 Jesús dice: “porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”.
En ese entonces, su rey ya estaba presente, pero ellos lo rechazaron. Algún día volverá por 2a. vez para establecer su reino en la tierra y reinará personalmente sobre él. Ese es el aspecto del reino por el cual oramos en Mateo 6.10.
El pecado y la rebelión el día de hoy son desenfrenados, pero cuando el reino de Cristo venga, serán eliminados (Apocalipsis 20.7-9)
Mientras tanto, el proceso del reino continúa y tenemos el privilegio de promoverlo a través de nuestras oraciones y la fidelidad a Dios en nuestras vidas.
Aprovechemos cada oportunidad de hacerlo hoy y regocijarnos en la seguridad de que Cristo reinará algún día victoriosamente y será glorificado por toda la eternidad.
Dios les bendiga abundantemente.



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