sábado, 5 de enero de 2019

Leyendo... Malaquías capítulo 4



LECTURA DIARIA:
Malaquías capítulo 4

En el día del juicio, la ira de Dios hacia los malvados será como un horno ardiente.
Pero será como la calidez sanadora del sol para aquellos que lo aman y lo obedecen. Juan el Bautista profetizó que con la llegada de Jesús, el amanecer estaba a punto de romper para alumbrar a los que estaban en la oscuridad del pecado.
Estos últimos versículos del Antiguo Testamento están llenos de esperanza.
En conclusión, el profeta amonesta al pueblo para que se acuerde de la Ley de Moisés. A continuación viene la promesa de la venida del profeta Elías, antes evocado como «mi mensajero».
Con este mensaje profético, y la esperanza de unidad y salvación, concluye el AT. Malaquías, como Abdías y otros predecesores, ven desde lejos el primer adviento de Cristo, y la salvación que aguarda a todos los que en él creen. Pero también vislumbra el Segundo Adviento de Cristo, con el juicio final de los impíos, y la salvación eterna de los que temen su nombre.
Con la muerte de Malaquías, la voz de los profetas de Dios permanecería en silencio durante cuatrocientos años. Luego vendría un profeta semejante a Elías para anunciar la llegada de Cristo. Ese profeta fue Juan el Bautista. Preparó los corazones del pueblo para Jesús al instar a la gente a que se arrepintiera de sus pecados. Esto traería unidad y paz, pero también juicio sobre los que no quisieran volverse de sus pecados.
Malaquías cierra sus mensajes señalando el gran día del juicio final. Para todos los que están dedicados a Dios, será un día de gozo debido a que morarán en la eterna presencia de Dios. Los que han despreciado a Dios «serán estopa».
El libro termina con una exhortación y con una promesa. De la obediencia a la instrucción depende el resultado de la promesa.
Malaquías termina donde empieza el AT: con la Ley de Moisés.
Pero Malaquías también termina donde el mensaje del Evangelio del NT empieza: la llegada de “Elías” que convocará y preparará al pueblo para recibir al Mesías de Dios.

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