LECTURA
DIARIA:
Mateo
capítulo 5
Mateo
5-7 es denominado el Sermón del Monte porque Jesús lo pronunció en una colina
cercana a Capernaum.
Este "sermón" probablemente resume varios días
de predicación. En él, Jesús proclamó su actitud hacia la Ley. La posición
social, la autoridad y el dinero no son importantes en su Reino; lo que importa
es la obediencia fiel del corazón.
El
Sermón del Monte desafió al orgullo de los líderes religiosos legalistas de ese
entonces. Era un llamado a regresar al mensaje de los profetas del Antiguo
Testamento que, como Jesús, enseñaban que la obediencia de corazón es más
importante que la observancia legalista.
Multitudes
numerosas seguían a Jesús; era el comentario del pueblo y todos querían verlo.
Jesús
empezó su sermón con palabras que aparentemente se contradecían. Pero la forma
en que Dios quiere que vivamos muchas veces contradice la del mundo.
Si
queremos vivir para Dios debemos estar dispuestos a decir y hacer lo que para
el mundo parecerá raro. Deberemos estar dispuestos a dar cuando otros desean
quitar, amar cuando otros odian, ayudar cuando otros abusan.
Estas
Bienaventuranzas no pueden ser tomadas selectivamente. Uno no escoge lo que
quiere y deja el resto, sino que deben tomarse como un todo. Describen lo que
debemos ser como seguidores de Cristo.
Cada
Bienaventuranza habla de cómo ser afortunado y feliz.
Para
Jesús, felicidad es esperanza y gozo, independientemente de las circunstancias
externas.
En
el tiempo de Jesús, los líderes religiosos habían convertido la Ley en una masa
confusa de reglas. Cuando Jesús se refirió a una nueva forma de comprender la
Ley de Dios, no estaba sino llevando a la gente a su propósito original. No
habló contra la Ley en sí misma, sino contra los abusos y excesos a los que
ella estaba sujeta.
Jesús
clarificó que obedecer la Ley de Dios era más importante que explicarla. Los
fariseos eran exigentes y escrupulosos en el cumplimiento de la Ley. La
debilidad de los fariseos radicaba en que se sentían satisfechos obedeciendo la
Ley en lo exterior sin permitir que cambiara sus corazones (actitudes).
Es
en el corazón donde en verdad radica la sumisión.
Jesús
enfatiza la importancia de decir la verdad. La gente rompía sus promesas y
empleaba un lenguaje sagrado ligero y descuidado.
Jesús
les dijo que debían amar a sus enemigos. Podemos buscar amar a los demás como
Dios nos ama.
Las
enseñanzas de Jesús siempre son prácticas para la vida diaria.
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