martes, 2 de julio de 2019

Leyendo... Gálatas capítulo 6



LECTURA DIARIA:
Gálatas capítulo 6

El cuerpo de Cristo, la Iglesia, funciona sólo cuando los miembros trabajan juntos por el bienestar común. Cuando se hace lo mejor, se siente satisfecho de los resultados y no necesita compararse con otros.

Miremos a Jesucristo. Su ejemplo nos inspirará a que hagamos las cosas mucho mejor, y su aceptación cariñosa nos será de consuelo cuando no logremos los objetivos.
Pablo insiste que cumplamos con nuestra responsabilidad de satisfacer las necesidades materiales de aquellos que nos enseñan. Es fácil recibir el beneficio de una buena enseñanza bíblica y admirar a nuestros líderes espirituales, pasando por alto sus necesidades financieras y físicas. Debemos cuidar de ellos, no de mala gana o con fastidio, sino con un espíritu generoso, como muestra de honor y aprecio por sus servicios.
Es una ley de la vida, tanto espiritual como física, que cosechamos lo que sembramos. Cada acción tiene resultados. Si plantamos para nuestros propios deseos, cosecharemos lamentos y maldad. Si plantamos para agradar a Dios, cosecharemos gozo y vida eterna.
Pablo desafió a los gálatas y nos desafía a nosotros a seguir haciendo lo bueno y confiar a Dios los resultados. A su tiempo, cosecharemos bendiciones. 
Pablo dictó la carta a un amanuense (escribiente). Ahora toma la pluma para escribir sus saludos personales y finales. El hizo lo mismo en otras cartas también, para dar énfasis a sus palabras y asegurar que la letra era genuina.
Algunos de los judaizantes hicieron énfasis en la circuncisión como prueba de santidad, pero ignoraban las otras leyes judías. La gente, con frecuencia, escoge ciertos principios o prohibiciones y los convierten en varas para medir su fe. Algunos pueden rechazar el alcoholismo pero ignoran la glotonería. Otros desprecian la promiscuidad pero toleran el prejuicio.
La Biblia es nuestra regla de fe y práctica. No podemos tomar y escoger los mandatos que seguiremos.
El mundo está lleno de incitaciones. Cada día somos confrontados con presiones culturales sutiles como también con propaganda abundante. La única forma de escapar de estas influencias destructivas es pedir a Dios que nos ayude para morir a ellas, así como Pablo lo hizo.
Llevar una vida "buena", sin un cambio interior, conduce a un caminar espiritual vano y vacío. Lo que importa a Dios es que experimentemos un cambio total desde lo interior.
La epístola de Pablo a los Gálatas, declara con énfasis la libertad del cristiano. Es indudable que estos cristianos en Galacia, anhelaban crecer en la vida cristiana, pero eran confundidos por aquellos que decían que esto sólo se podía lograr por medio del cumplimiento de ciertas leyes judías.
Si creemos en Jesucristo, ya hemos sido liberados; en lugar de volver a alguna forma de esclavitud, sea el legalismo o el pecado, usemos la libertad para vivir para Cristo.

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