sábado, 20 de julio de 2019

Leyendo... 1 Tesalonicenses Introducción



LECTURA DIARIA:
1 Tesalonicenses Introducción

Tesalónica, la capital de la provincia romana de Macedonia, era un puerto importante del mar Egeo. Pablo llegó a esa ciudad en el año 50, durante su segundo viaje misionero. Allí fundó una comunidad cristiana, compuesta en su mayor parte de paganos convertidos a la fe.

Su permanencia en Tesalónica fue muy breve, ya que debido a la oposición de los judíos debió abandonar la ciudad precipitadamente. A su salida, la comunidad quedó sola en medio de la persecución y con una insuficiente formación religiosa.
Preocupado por la suerte de los cristianos, Pablo les envió a Timoteo, desde Atenas. A su regreso, este trajo al Apóstol noticias muy alentadoras: la comunidad se había mantenido firme en la fe y recordaba a Pablo con afecto. Sin embargo, algunos esperaban con impaciencia la Venida del Señor y se negaban a trabajar, resultando una carga para sus hermanos. Otros estaban preocupados, porque suponían erróneamente que los cristianos que ya habían muerto no iban a estar presentes cuando viniera el Señor.
Para responder a estas inquietudes, Pablo escribió poco después de su llegada a Corinto, a comienzos del año 51, la primera carta a los Tesalonicenses. Además del encabezamiento, característico del estilo epistolar, se pueden distinguir dos grandes secciones.
En la primera el Apóstol mira al pasado y rememora los comienzos de la evangelización de Tesalónica (1.2 – 3.11). Se alternan recuerdos de su predicación y de la respuesta de aquellos fieles. En ese contexto explica las circunstancias en las que escribe la carta, haber tenido que salir precipitadamente de aquella ciudad y el deseo de regresar a Tesalónica, lo que pide confiadamente a Dios para seguir colmando de bienes a los tesalonicenses.
La segunda sección es una exhortación a vivir de modo coherente con la doctrina del evangelio predicado y recibido (4.1 – 5.24).
Pablo se detiene especialmente en lo que parece más urgente para los fieles de Tesalónica: la esperanza firme en que las dificultades con que se encuentran se tornarán en alegría con la venida del Señor; la espera ha de ser paciente y activa a la vez, pues no se sabe el momento en que acontecerá, por lo que se requiere estar siempre preparados para ese encuentro.
La carta concluye con unas breves palabras de despedida (5.25 - 28)
En la carta se encuentran mencionadas las principales verdades de la fe, así como los fundamentos de la moral y los motivos de la oración cristiana.



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