miércoles, 3 de julio de 2019

Leyendo... Efesios Introducción



LECTURA DIARIA:
Efesios Introducción

El autor se identifica a sí mismo como Pablo. Esta carta fue probablemente una circular, dirigida a otras iglesias adicionales a la iglesia en Éfeso. Pablo pudo haberla escrito al mismo tiempo que Colosenses, año 60 d.C. mientras que estaba en prisión en Roma.

Éfeso fue la ciudad más importante del oeste de Asia Menor (ahora Turquía). Tenía un puerto el cual desembocaba en el Mar Egeo. Éfeso se convirtió en un centro comercial que era una intersección de rutas mayores de comercio. Se jactaba de tener un templo pagano dedicado a la diosa romana Diana, en griego, Artemisa. Pablo convirtió a Éfeso en un centro de evangelización en tres años, la iglesia allí aparentemente floreció por un tiempo, pero posteriormente necesitó la advertencia hecha en Apocalipsis 2.1-7.
Diferente a otras cartas que Pablo escribió, Efesios no aborda ningún error en particular o herejía. Pablo escribió para expandir los horizontes de sus lectores, para que pudieran entender mejor las dimensiones del propósito eterno y gracia de Dios y para que apreciaran las grandes metas que Dios tenía para la iglesia.
La carta abre con una secuencia de declaraciones acerca de las bendiciones de Dios, las cuales están intercaladas con una variedad de expresiones que resaltan la sabiduría, propósito y previsión de Dios.
Pablo hace énfasis en que hemos sido salvados, no solo por nuestro beneficio personal, sino también para alabar y glorificar a Dios. El propósito de Dios es unir todas las cosas en el universo bajo Cristo. 
Habiendo explicado las grandes metas de Dios para la iglesia, Pablo procede a mostrar los pasos hacia su cumplimiento. Primero, Dios ha reconciliado individuos para sí mismo como un acto de gracia (2.1-10). Segundo, Dios ha reconciliado estos individuos salvos para cada uno, Cristo ha roto las barreras a través de su propia muerte (2.11-22). Pero Dios ha hecho algo más allá de esto: Él ha unido a estos individuos reconciliados en un cuerpo, la iglesia.
Esto es un “misterio” que no se conocía por completo hasta que fue revelado a Pablo (3.1-6). Ahora Pablo es capaz de explicar de forma más clara las intenciones de Dios con la iglesia que será, principalmente, el medio por el cual les muestre su “gran sabiduría” a los “gobernantes y autoridades en los reinos celestiales” (3.7-13). Es claro a través de la repetición de “reinos celestiales” que la existencia cristiana no pertenece meramente a un plano terrenal. Recibe su significado y sentido desde el cielo, donde Cristo se encuentra exaltado a la diestra de Dios (1.20)
 Sin embargo, la vida es vivida en la tierra, donde la vida diaria práctica del creyente continúa obrando los propósitos de Dios. El Señor que ascendió dio “dones” a los miembros de su iglesia para permitirles ministrarse unos a otros y promover unidad y madurez (4.1-16). La unidad de la iglesia bajo el liderazgo de Cristo simboliza la unidad de “todas las cosas en el cielo y la tierra” bajo Cristo (1.10). La nueva vida de pureza y consideración se encuentra en contraste con las formas antiguas de vida sin Cristo (4.17 – 6:9).
Aquellos que son “fuertes con el Señor” tienen victoria sobre un conflicto espiritual grande, especialmente a través del poder de la oración (6.10-20).

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