viernes, 10 de mayo de 2019

Tiempo... Romanos 1. 21 - 23



TIEMPO DE REFLEXIÓN

"Pues habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias. Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido.
Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles".   Romanos 1. 21 – 23

Este pasaje contradice la teoría o la hipótesis de la evolución. El hombre no está avanzando ni física, ni moral, ni intelectual, ni espiritualmente. La propensión del hombre es ir hacia abajo.
La verdad es que el hombre se está alejando de Dios. La realidad es que toda tribu primitiva tiene alguna tradición que comprueba el hecho de que en el principio, sus antepasados conocieron a Dios.
La tradición revela que alguna vez, en el principio, adoraban al Dios vivo y verdadero. Pero, cuando conocieron a Dios, se alejaron de Él.
Primero, como dice el pasaje: "Pues habiendo conocido a Dios", esto no quiere decir un conocimiento personal o íntimo, sino que le conocieron como una Persona y que vieron Su poder en la creación.
La caída del hombre en el huerto de Edén es una caída del conocimiento de Dios y de una comunión con Él. Cayó de la esfera del conocimiento de Dios y de la esfera de la comunión con Dios.
El segundo paso fue que, "no le glorificaron como a Dios". No le dieron su debido lugar y el hombre llegó entonces a ser independiente, autosuficiente y altivo, simplemente le volvieron la espalda a Dios y convirtieron al hombre en su dios.
El tercer paso es, "ni le dieron gracias". El dejar de dar gracias a Dios revela que el hombre ha roto su relación con Dios. El dar gracias es parte integrante de la vida cristiana.
Ahora, el cuarto paso que conduce a la oscuridad lo tenemos aquí en estas palabras: "sino que se envanecieron en sus razonamientos". El verbo para "se envanecieron" se deriva de la misma raíz de la palabra de los judíos para ídolos, mataia. Cuando el hombre rehúsa retener a Dios en sus pensamientos, entones la vanidad llena el vacío. Al ser descartado el Dios de la creación, el hombre imagina toda clase de filosofías en cuanto a la creación del mundo.
El quinto paso está en la frase, "y su necio (no inteligente) corazón (lugar de emoción, juicio y voluntad) fue oscurecido", o sea, recibió tinieblas espirituales. Aquí se trata de la rebelión intelectual contra Dios que continúa aún en el día de hoy. Esto conduce a la inhabilidad para distinguir o discernir entre la verdad y el error. Este es el motivo por el cual, muchos de los intelectuales de nuestros días, se han entregado completamente a ideologías ateas.
El sexto paso es el siguiente: "Profesando ser sabios, se hicieron necios". La sabiduría jactanciosa de los hombres es locura para con Dios. La filosofía vana, según se afirma, es lo mejor del hombre, pero es locura para Dios.
Y el séptimo y último paso que conduce a la oscuridad, lo encontramos aquí en estas palabras del versículo 23: "Y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes del hombre mortal, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles".
Podemos verlo en las imágenes e ídolos de los paganos. Ello fue evidente, por ejemplo en la ciudad de Éfeso. Aquella ciudad del imperio romano alcanzó probablemente el más alto nivel de cultura y civilización que jamás ciudad alguna haya logrado. Sin embargo en el centro neurálgico de la ciudad se encontraba una de las imágenes más horribles que uno pudiera imaginarse, conservada en el templo de Artemis, equivalente a la diosa romana Diana, templo considerado una de las 7 maravillas del mundo antiguo. No era una imagen hermosa, como aparece en las esculturas griegas. Era como la oriental Cibeles, venerada en Roma con la gran Madre de los dioses, cruel, que tenía un tridente en una mano y un garrote en la otra. Y ésta fue la idea que el pueblo más culto y civilizado tenía de Dios.
La raíz del problema es que las personas se han alejado de Dios. El profeta Isaías 55.6 y 7: "¡Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano! Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, el cual tendrá de él misericordia, al Dios nuestro, el cual será generoso en perdonar".
¿Y dónde tendrá lugar el encuentro con Dios? Al pie de la cruz, donde Jesucristo, su Hijo, murió, recordando que Él también resucitó para poder declarar justos a todos aquellos que, por la fe, vengan a Él.
Dios les bendiga abundantemente.

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