viernes, 24 de mayo de 2019

Leyendo... Romanos capítulo 15



LECTURA DIARIA:
Romanos capítulo 15

Si solo nos proponemos agradar a nuestro prójimo, lo único que haremos es complacer a la gente. Pablo se opone a esto.

El conocimiento de las Escrituras influye en nuestra actitud hacia el presente y el futuro. Cuanto más sepamos de lo que Dios hizo en el pasado, mayor será la confianza que tengamos acerca de lo que hará en los días venideros.
Debemos leer la Biblia para incrementar nuestra confianza en el hecho de que la voluntad de Dios es lo mejor para nosotros.
Aceptar el señorío de Jesús en todos los aspectos de nuestra vida significa vivir sus valores y su perspectiva. Así como nos interesa el punto de vista de Jesús sobre la autoridad de las Escrituras, la naturaleza del cielo y la resurrección, también debemos asumir su actitud de amor hacia los demás cristianos (tener un "mismo sentir"). A medida que crecemos en fe y conocemos mejor a Jesús, llegamos a ser más capaces de mantener cada día esta actitud de amorosa unidad.
Jesús vino a mostrar la verdad a los judíos y a confirmar que Dios es fiel a sus promesas.
La raíz de Isaí se refiere a Cristo, heredero de la descendencia de Isaí, padre de David (1Samuel 16.1).
Pablo no se enorgullecía de lo que había hecho, sino de lo que Dios había hecho a través de él.
Pablo quería visitar la iglesia en Roma, pero había postergado su visita porque había recibido muy buenos informes acerca de los creyentes romanos y sabía que les iba bien. Era más importante que predicara en regiones donde aún no se había oído el mensaje de las buenas nuevas.
Pablo hablaba de terminar su trabajo en Corinto, la ciudad desde la que escribió gran parte de esta carta.
Es probable que el mayor tiempo de los tres meses que Pablo estuvo en Acaya los pasara en Corinto. Creía que había terminado lo que Dios deseaba que hiciera allí, y pensaba llevar el evangelio a las nuevas tierras que se hallaban al oeste de Roma.
Cuando Pablo finalmente fue a Roma, llegó en calidad de prisionero bajo arresto domiciliario (Hechos 28).
El plan de Pablo era ir a España porque estaba en el extremo occidental del mundo civilizado. Quería que el evangelio se extendiera hasta allí. Además, España poseía muchas personalidades ilustres y líderes influyentes en el mundo romano (Lucano, Marcial, Adriano) y tal vez Pablo pensó que el cristianismo podía avanzar mucho en tal ambiente.
Pablo insta a los creyentes a unirse a su lucha mediante la oración. La oración es un arma que forma parte de la armadura de todos los creyentes al interceder por otros que están en lucha contra satanás.

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