martes, 28 de mayo de 2019

Leyendo... 1 de Corintios capítulo 2



LECTURA DIARIA:
1 de Corintios capítulo 2

Pablo habla de su primera visita a Corinto cuando fundó la iglesia durante su segundo viaje misionero.

Pablo era un expositor brillante. Podía mantener cautivados a sus oyentes con sus argumentos intelectuales. Pero prefería anunciar el mensaje sencillo del evangelio de Jesucristo, dejando que el Espíritu Santo guiara sus palabras.
La confianza de Pablo no radicaba en su agudo intelecto o en su habilidad para hablar, sino en el reconocimiento de que el Espíritu Santo lo ayudaba y lo guiaba. Pablo no negaba la importancia del estudio y la preparación para predicar; él tuvo una instrucción profunda de las Escrituras. La predicación efectiva debe combinar la preparación y el estudio con la obra del Espíritu Santo.
La "sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta" era su ofrecimiento de salvación a todos. Originalmente desconocido para la humanidad, este plan llegó a cristalizarse cuando Jesús resucitó de la muerte. Su resurrección probó que tenía poder sobre el pecado y la muerte.
Sin embargo, el plan de Dios, aún permanece oculto a los incrédulos debido a que rehúsan aceptarlo, deciden desconocerlo o simplemente no lo han oído. Jesús fue incomprendido y rechazado por aquellos que el mundo consideraba sabios y grandes. Fue sentenciado a muerte por el sumo sacerdote, el rey Herodes, Pilato, los fariseos y saduceos.
El rechazo de Jesús por parte de estos líderes fue anticipado en Isaías 53.3 y Zacarías 12.10-11.
No podemos imaginar todo lo que Dios tiene reservado para nosotros en esta vida y en la eternidad. Creará un cielo nuevo y una tierra nueva, y viviremos con El para siempre. Mientras tanto, el Espíritu Santo nos consuela y guía. Este mundo no es todo lo que es. Lo mejor aún está por venir.
"Lo profundo de Dios" se refiere a la naturaleza insondable de Dios y su maravilloso plan, muerte y resurrección, así como la promesa de salvación, revelados solamente a aquellos que creen que todo lo que Dios dice es verdad. Aquellos que creen en la muerte y resurrección de Cristo y ponen su fe en El, sabrán todo lo que necesitan saber para ser salvos. Este conocimiento, sin embargo, no lo podrá poseer aun la gente más sabia, a menos que acepten el mensaje de Dios. Todos aquellos que lo rechacen son necios, sin importar cuán sabios los considere el mundo.
Las palabras de Pablo tienen autoridad porque su fuente es el Espíritu Santo. Pablo no estaba meramente dando sus propios puntos de vista o impresiones de lo que Dios tenía que decir. Bajo la inspiración del Espíritu Santo, escribió los mismos pensamientos y palabras de Dios.
Los que no son cristianos no pueden entender a Dios, y no pueden captar el concepto de que el Espíritu de Dios vive en los creyentes.
Nadie puede comprender a Dios (Romanos 11.34), solo mediante la guía del Espíritu Santo, los creyentes pueden vislumbrar algunos de los planes, pensamientos y acciones de Dios; en realidad, tienen la "mente de Cristo". Mediante su Espíritu Santo podemos empezar a conocer sus pensamientos, hablar con Él, y esperar su respuesta a nuestras oraciones.

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